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Milagros que usted ha visto

Milagros que usted ha visto

Milagros que usted ha visto

LA PALABRA milagro tiene el significado secundario de “suceso extraordinario que provoca admiración o sorpresa”. Todos hemos visto esta clase de milagros que no cuenta con la intervención divina.

Gracias al mayor entendimiento de las leyes físicas de la naturaleza, el ser humano ha alcanzado logros considerados por mucho tiempo imposibles. Por ejemplo, hace cien años pocos hubieran pensado que podía lograrse lo que las computadoras, la televisión, la tecnología espacial y otros adelantos modernos han convertido en algo común hoy día.

Reconociendo que solamente tienen conocimiento parcial de las maravillas de la creación de Dios, algunos científicos admiten que ya no pueden decir con certeza que algo es imposible. Lo más que están dispuestos a decir es que es improbable. Así dejan la puerta abierta a “milagros” futuros.

Incluso si utilizamos el significado primario de “milagro”, es decir, sucesos ocasionados por un “poder divino superior al orden natural”, podemos decir que todos hemos visto milagros. Por ejemplo, observamos el Sol, la Luna y las estrellas, productos del “poder divino superior”, el Creador. Además, ¿quién puede explicar con detalle cómo funcionan el cuerpo humano y el cerebro, o cómo se desarrolla un embrión? El libro La máquina del cuerpo señala: “El organismo humano, controlado y coordinado por el sistema nervioso, es un sofisticado aparato sensorial, un motor con regulación propia, un ordenador auto-reproductor, en suma: una creación maravillosa y, en parte, misteriosa”. El Dios que creó “el organismo humano” verdaderamente efectuó un milagro que continúa asombrándonos. Hay otros tipos de milagros que usted ha visto, pero quizá no los considere como tales.

¿Puede un libro ser un milagro?

La Biblia es el libro más difundido de la historia. ¿La considera usted un milagro? ¿Podemos atribuir su existencia a un “poder divino superior”? Es cierto que hombres la pusieron por escrito, pero afirmaron que habían expresado los pensamientos de Dios, no los de ellos (2 Samuel 23:1, 2; 2 Pedro 1:20, 21). Piense en lo que eso implica. Hubo unos cuarenta hombres que vivieron en un lapso de mil seiscientos años; entre ellos había pastores, militares, pescadores, funcionarios, médicos, sacerdotes y reyes. A pesar de sus diversos antecedentes, lograron transmitir un mensaje de esperanza unificado, verídico y exacto.

Basándose en un estudio profundo de la Biblia, los testigos de Jehová la aceptan, “no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios”, tal como escribió el apóstol Pablo (1 Tesalonicenses 2:13). A lo largo de los años, sus publicaciones han explicado cómo las supuestas contradicciones de la Biblia pueden armonizarse con su mensaje general. Esta armonía interna es prueba de su autoría divina. *

Ningún otro libro ha sido sometido a tantos esfuerzos concienzudos por destruirlo como la Biblia. Sin embargo, aún existe y se ha traducido entera o en parte a más de dos mil idiomas. Tanto su conservación física como la conservación de su integridad textual son prueba de la intervención divina. No cabe duda de que la Biblia es un milagro.

Un milagro que está ‘vivo y ejerce poder’

Los milagros de tiempos antiguos —curaciones milagrosas y resurrecciones— ya no se llevan a cabo. Pero tenemos razones para confiar en que en el nuevo mundo de Dios, tales milagros sí ocurrirán, y a escala mundial. Traerán un alivio permanente, más allá de lo que podemos comprender ahora.

La Biblia, que constituye todo un milagro, puede incluso efectuar lo que equivale a milagros hoy día: motivar a las personas a mejorar su personalidad (véase el ejemplo del recuadro “El poder de la Palabra de Dios”, de la pág. 8). Hebreos 4:12 dice: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón”. Así es, la Biblia ha desempeñado un papel importante en transformar la vida de más de seis millones de personas de todo el mundo, le ha dado un propósito a su existencia y les ha ofrecido una magnífica esperanza para el futuro.

¿Por qué no permite que la Biblia efectúe un milagro en su vida?

[Nota]

^ párr. 8 Si desea investigar más sobre estas supuestas contradicciones para ver cómo pueden armonizarse, encontrará muchos ejemplos en el capítulo 7 del libro La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?, editado por los testigos de Jehová.

[Ilustración y recuadro de la página 7]

¿Estaba vivo, o ya había muerto?

Según Juan 19:33, 34, Jesús ya estaba muerto cuando “uno de los soldados le punzó el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”. Sin embargo, Mateo 27:49, 50 indica que aún estaba vivo en ese momento. ¿Por qué la diferencia?

La Ley mosaica prohibía que se dejara a un criminal colgado de un madero durante toda la noche (Deuteronomio 21:22, 23). Por eso, en los días de Jesús, si un criminal fijado en un madero aún estaba vivo tarde en el día, se aceleraba su muerte rompiéndole las piernas, ya que esto le impediría enderezarse para respirar. El hecho de que los soldados rompieran las piernas a los dos malhechores al lado de Jesús pero no a Jesús indica que pensaron que este ya había fallecido. El soldado tal vez le punzó el costado para asegurarse de que estuviera muerto y para impedir que reviviera y eso se proclamara falsamente como una resurrección.

En Mateo 27:49, 50 se presentan los sucesos en un orden diferente: “Otro hombre tomó una lanza y le traspasó el costado, y salió sangre y agua. De nuevo clamó Jesús con voz fuerte, y cedió su espíritu”. La oración en cursiva no aparece en todos los manuscritos antiguos de la Biblia. Muchos especialistas creen que se tomó posteriormente del Evangelio de Juan, pero que no se colocó en el lugar apropiado. Por ello, numerosas traducciones ponen esta oración entre corchetes o paréntesis, dan una explicación en una nota o sencillamente la omiten.

El texto maestro de Westcott y Hort —que se utilizó principalmente como base para la Traducción del Nuevo Mundo— incluye la oración entre corchetes dobles y señala que la oración “muy probablemente fue interpolada por los escribas”.

Por lo tanto, hay prueba contundente de que Juan 19:33, 34 es verídico y de que Jesús ya estaba muerto cuando el soldado romano lo punzó con la espada en el costado.

[Ilustración y recuadro de la página 8]

El poder de la Palabra de Dios

Detlef, un adolescente víctima de un hogar deshecho, se hundió en el mundo de las drogas, el alcohol y el rock heavy metal. * Se unió a los cabezas rapadas —un grupo neonazi—, y su comportamiento violento le causó problemas con la policía.

En 1992, 60 cabezas rapadas se enzarzaron en una pelea con 35 roqueros punk en un bar del nordeste de Alemania. Uno de estos últimos, Thomas, murió a consecuencia de la paliza. Varios de los cabecillas, entre ellos Detlef, fueron condenados a prisión tras un juicio que recibió mucha publicidad.

Poco después de que Detlef fuera puesto en libertad, un testigo de Jehová le entregó un tratado titulado: “¿Por qué hay tantos problemas en la vida?”. Él reconoció enseguida que decía la verdad, y empezó a estudiar la Biblia con los Testigos. Su vida cambió por completo. Desde 1996 es un celoso testigo de Jehová.

Un antiguo punk llamado Siegfried —buen amigo de Thomas, el joven que fue asesinado— también se hizo testigo de Jehová y actualmente sirve de anciano de congregación. Cuando Siegfried visitó la congregación de Detlef para pronunciar un discurso bíblico (por cierto, la madre de Thomas también asiste a las reuniones de esa congregación de vez en cuando), Detlef lo invitó a almorzar. Diez años atrás no hubieran podido controlar su odio. Hoy, su amor fraternal es patente para todos.

Detlef y Siegfried esperan con anhelo dar la bienvenida a Thomas cuando resucite en un paraíso terrestre. Detlef comenta: “Tan solo pensarlo me hace llorar. Lamento muchísimo lo que hice”. Ambos desean ayudar a Thomas en el futuro, tal como ayudan a otras personas hoy a conocer a Jehová y a regocijarse con la esperanza que ofrece la Biblia.

No cabe duda de que la Palabra de Dios es sumamente poderosa.

[Nota]

^ párr. 25 Los nombres se han cambiado.

[Ilustración de la página 6]

El cuerpo humano es una maravillosa creación

[Reconocimiento]

Anatomy Improved and Illustrated, Londres, 1723, Bernardino Genga