Los proclamadores del Reino informan

En busca de los merecedores en el interior australiano

A UNA vasta sección del corazón de Australia se la conoce familiarmente como el interior. En algunos lugares de esta zona remota no se había predicado en doce años. Por eso, los testigos de Jehová de Darwin, capital del Territorio del Norte, organizaron una campaña intensiva de predicación de nueve días para buscar a los merecedores (Mateo 10:11).

Se comenzó a planear cuidadosamente la campaña con un año de antelación, lo que incluyó preparar mapas de una zona de más de 800.000 kilómetros cuadrados [300.000 millas cuadradas], cuya extensión triplica la de Nueva Zelanda. Para hacerse una idea de la amplitud y el aislamiento de este territorio, tenga en cuenta que por término medio el camino que va desde la entrada principal de un rancho ganadero hasta la casa de los propietarios tiene unos 30 kilómetros [20 millas] de longitud. En algunos ranchos incluso supera los 300 kilómetros [180 millas].

Un total de 145 Testigos voluntarios, algunos de los cuales provenían de lugares tan lejanos como Tasmania, participaron en la campaña. Hubo quienes llegaron en vehículos todoterreno provistos de equipo de acampada, repuestos y gasolina. Otros transportaron su equipo en remolques. Además, se alquilaron dos autobuses de veintidós plazas para llevar a los que no tuvieran vehículos adecuados. Quienes viajaban en autobús se concentraron en predicar a los habitantes de los pueblos pequeños del área seleccionada.

Antes de comenzar el viaje, los hermanos presentaron discursos y demostraciones donde se suministraba guía para dar a conocer las buenas nuevas en este territorio fuera de lo común. Por ejemplo, para predicar eficazmente en las comunidades aborígenes por lo general se requiere seguir cierto protocolo y estar al tanto de sus costumbres. También se analizaron asuntos relacionados con el medio ambiente a fin de contribuir a la protección de la flora y la fauna.

 Los publicadores disfrutaron de muchas experiencias sobresalientes. Por ejemplo, en un asentamiento aborigen, los hermanos hicieron preparativos para presentar un discurso público basado en la Biblia. La jefa de la comunidad en persona fue a informar a la gente sobre el discurso. Al final, se dejaron 5 libros y 41 folletos entre los asistentes. En otro poblado se contactó con un aborigen que tenía incluso su propia Biblia, una King James Version (Versión del Rey Jacobo), que ya estaba vieja y deslucida. Cuando se le preguntó si sabía cuál era el nombre de Dios, afirmó que sí y entonces sacó de su chaqueta un número antiguo de La Atalaya. Leyó en la revista una cita de Marcos 12:30, que dice: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón”. El hombre dijo: “Este texto me encanta”. Tras una larga conversación, aceptó una biblia nueva y otras publicaciones bíblicas.

Cerca del golfo de Carpentaria, el capataz de una hacienda de 400.000 hectáreas manifestó cierto interés en el mensaje del Reino. Cuando se le mostraron las publicaciones Mi libro de historias bíblicas y El conocimiento que lleva a vida eterna, * preguntó si alguna de ellas estaba disponible en el idioma kriol. Tal petición era poco habitual, pues aunque muchos aborígenes hablan kriol, hay pocos que pueden leerlo. Resultó que los 50 trabajadores de aquella hacienda sabían leer kriol. El capataz estaba encantado de conseguir publicaciones bíblicas en kriol, y con gusto suministró su número telefónico para que pudieran ponerse en contacto con él.

Durante los nueve días de predicación intensiva, se dejaron en manos de las personas un total de 120 biblias, 770 libros, 705 revistas y 1.965 folletos. Además, se hicieron 720 revisitas y se comenzaron 215 estudios bíblicos.

Sin duda, el hambre espiritual de muchos de los merecedores diseminados por esta vasta zona se vio por fin satisfecha (Mateo 5:6).

[Nota]

[Mapa de la página 30]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

AUSTRALIA

TERRITORIO DEL NORTE

Darwin

Golfo de Carpentaria

Sydney

TASMANIA