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Christoph Plantin, pionero en la impresión de la Biblia

Christoph Plantin, pionero en la impresión de la Biblia

Christoph Plantin, pionero en la impresión de la Biblia

JOHANNES GUTENBERG (c. 1397-1468) es bien conocido por haber sido el primero en imprimir la Biblia utilizando tipos móviles. Sin embargo, no son muchas las personas que conocen a Christoph Plantin. Este pionero en el campo de la impresión contribuyó enormemente a la difusión de libros y biblias por todo el mundo durante el siglo XVI.

Christoph Plantin nació alrededor de 1520 en Saint-Avertin (Francia). Pero, cerca ya de los 30 años, abandonó su país en busca de un lugar donde el clima religioso fuese más tolerante y las oportunidades de trabajo más prometedoras. Por eso se estableció en Amberes, en la región que entonces se conocía como los Países Bajos. *

Plantin comenzó siendo encuadernador de libros y fabricante de artículos de cuero. Sus artesanías ricamente decoradas gozaban de mucha estima entre la clase adinerada. Sin embargo, en 1555 le ocurrió un incidente en Amberes que cambió el rumbo de su vida. Había recibido el encargo de hacer un cofre de cuero para el rey Felipe II de España, por entonces soberano de los Países Bajos. Pero cuando iba a entregarlo, unos borrachos lo atacaron en la calle con una espada y lo hirieron en el hombro. Aunque se recuperó de la herida, no pudo volver a realizar trabajo artesanal, por lo que tuvo que abandonar su oficio. Con el respaldo económico de Hendrik Niclaes, líder de un grupo anabaptista, Plantin se dedicó a la impresión.

“Trabajo y perseverancia”

Plantin puso a su taller el nombre De Gulden Passer (el compás de oro), y en su marca distintiva aparecían un compás dorado y el lema en latín “Labore et Constantia”. Dicha inscripción, que significa “trabajo y perseverancia”, describía muy bien al diligente propietario de la imprenta.

En vista de la gran agitación religiosa y política que vivía Europa, Plantin procuraba mantenerse al margen de los problemas. Nada le importaba más que el arte de la impresión. Y aunque miraba con buenos ojos la Reforma protestante, “demostraba una actitud ambigua en cuestiones de religión”, señala el escritor Maurits Sabbe. Tal actitud dio pie a incesantes rumores de que imprimía libros heréticos. En 1562, por ejemplo, no le quedó otro remedio que huir a París y vivir allí por más de un año.

A su vuelta a Amberes en 1563, formó una sociedad con varios mercaderes ricos, algunos de ellos de ideas calvinistas. Durante los cinco años que duró esta sociedad, las imprentas de Plantin produjeron 260 obras. Entre ellas figuraban diversas biblias en hebreo, griego y latín, así como varias ediciones de la Biblia católica de Lovaina, en holandés, las cuales se destacaban por su belleza y colorido.

“El logro tipográfico más importante”

En 1567, cuando aumentaba el descontento ante el dominio español, el rey Felipe II envió al duque de Alba a los Países Bajos para que actuara como gobernador. Con pleno respaldo del monarca, el duque se dispuso a acabar de una vez por todas con la creciente oposición protestante. Probablemente con la intención de eliminar toda sospecha de herejía, Plantin emprendió entonces un proyecto monumental: imprimir una versión erudita de los textos sagrados en los idiomas originales. Para ello, logró el apoyo del rey Felipe II, quien le prometió ayuda económica y le envió al renombrado humanista Arias Montano para que supervisara la obra.

Montano, quien tenía gran habilidad para los idiomas, trabajaba once horas al día. Ayudado por lingüistas españoles, belgas y franceses, se dispuso a preparar una nueva versión de la prestigiosa Políglota complutense. * Además de la Vulgata latina, la Septuaginta griega y el texto hebreo original, la nueva Políglota incluía un tárgum arameo y la Peshitta siríaca, con sus correspondientes traducciones literales al latín.

Los trabajos de impresión empezaron en 1568 y terminaron en 1572. En una carta al monarca español, Montano explica cómo se realizó esta colosal tarea en un tiempo récord para la época: “Se hace más en un mes aquí que en un año en Roma”. De esta nueva Biblia políglota —que constaba de ocho grandes tomos—, Plantin imprimió 1.213 ejemplares. En la portada aparecían representados un león, un toro, un lobo y un cordero comiendo juntos, una escena bíblica tomada de Isaías 65:25. Aun sin encuadernar, todo el juego costaba 70 florines: una cantidad nada desdeñable si se compara con los 50 florines anuales que ganaba entonces una familia de término medio. El juego completo llegó a conocerse como la Políglota de Amberes, o también como la Biblia Regia, por ser su patrocinador el rey Felipe II.

Pese a que el papa Gregorio XIII había aprobado la Biblia, Arias Montano recibió duras críticas por su trabajo. En parte se debían a que Montano consideraba superior el texto original hebreo a la Vulgata latina. Su principal crítico fue León de Castro, un teólogo español que tenía a la Vulgata como máxima autoridad y que lo acusó de contaminar el texto de la Políglota con la filosofía antitrinitaria. De Castro criticó en particular la omisión que hacía la Peshitta siríaca en 1 Juan 5:7 de la añadidura espuria: “En el cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu Santo, y éstos tres son uno” (La Biblia del Oso). Sin embargo, la Inquisición española absolvió a Arias Montano de los cargos de herejía. La Políglota de Amberes ha llegado a considerarse “el logro tipográfico más importante alcanzado en el siglo XVI por un único impresor”.

Una labor de beneficios duraderos

En aquella época, la mayoría de los talleres de impresión disponían tan solo de dos o tres prensas. Pero Plantin, en su momento de mayor productividad, contaba con al menos 22 prensas y 160 empleados. No es de extrañar que tuviera la reputación de ser uno de los principales impresores de todo el mundo hispánico.

Mientras tanto, en los Países Bajos crecía la oposición al dominio español, y Amberes se vio envuelta en el conflicto. En 1576, los mercenarios españoles se rebelaron al no recibir su salario y saquearon la ciudad. Más de seiscientas casas fueron quemadas y miles de sus habitantes murieron asesinados. Esta situación, junto con la huida de los comerciantes, provocó grandes pérdidas a Plantin. Y lo que es todavía peor, tuvo que pagar a los rebeldes un impuesto exorbitante.

En 1583, Plantin se mudó a Leiden, a 100 kilómetros [60 millas] al norte de Amberes. Allí abrió una imprenta y realizó trabajos para la Universidad de Leiden, una institución fundada por protestantes calvinistas. Esto provocó que resurgieran las viejas acusaciones de deslealtad a la Iglesia Católica, así que decidió regresar a Amberes a finales de 1585, poco después de que la ciudad volviera a estar bajo dominio español. Por entonces, Plantin tenía más de 60 años, y su taller se había reducido a cuatro personas que hacían funcionar una única prensa. Aunque empezó a reconstruir la imprenta, esta nunca recuperó su anterior prestigio. Plantin murió el 1 de julio de 1589.

En el transcurso de treinta y cuatro años, Christoph Plantin imprimió 1.863 ediciones de libros, un promedio de casi 55 al año. Incluso en nuestros días, esta cifra representa un asombroso logro para un impresor independiente. Aunque Plantin nunca adoptó una postura religiosa firme, su labor resultó muy valiosa no solo para el mundo de la impresión y la tipografía, sino también para el estudio de las Santas Escrituras inspiradas (2 Timoteo 3:16). Lo cierto es que el trabajo de Plantin y otros impresores de su época contribuyó mucho a que la Biblia llegara a estar al alcance de cualquier persona.

[Notas]

^ párr. 3 En ese tiempo, los Países Bajos comprendían el área costera situada entre Alemania y Francia, territorio que hoy día ocupan Bélgica, Luxemburgo y los actuales Países Bajos.

^ párr. 11 Edición multilingüe de la Biblia publicada en 1517. Tenía el texto en hebreo, griego y latín, así como algunas porciones en arameo. Véase el artículo “La Políglota complutense: histórica herramienta de traducción”, que apareció en La Atalaya del 15 de abril de 2004, págs. 28-31.

[Ilustraciones y recuadro de la página 15]

Museo Plantin-Moretus

El edificio de Amberes donde Plantin y sus descendientes vivieron y trabajaron se abrió al público en el año 1877. Se trata del único taller de imprenta de ese período que se conserva intacto. En este museo se pueden ver cinco prensas que datan de los siglos XVII y XVIII, y dos más —hasta la fecha las más antiguas del mundo— de la época del propio Plantin. También se conservan unas 15.000 matrices para fundir tipos, 15.000 planchas de madera y 3.000 planchas de cobre grabadas. La biblioteca del museo alberga 638 manuscritos de entre los siglos IX y XVI, así como 154 libros impresos antes del año 1501. Entre estos últimos hay un original de la Biblia de Gutenberg que se imprimió antes de 1461 y una de las famosas Biblias políglotas de Amberes realizadas por Plantin.

[Ilustración de la página 15]

Arias Montano

[Ilustración de la página 16]

La Políglota de Amberes contiene el texto hebreo, la Vulgata latina y la Septuaginta griega, así como la Peshitta siríaca y un tárgum arameo, con sus correspondientes traducciones al latín

[Reconocimiento]

Por gentileza del Museo Plantin-Moretus/Stedelijk Prentenkabinet Antwerpen

[Reconocimiento de la página 15]

Ambas imágenes: por gentileza del Museo Plantin-Moretus/Stedelijk Prentenkabinet Antwerpen