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¿Se dejaría corregir un juez?

¿Se dejaría corregir un juez?

¿Se dejaría corregir un juez?

SLADJANA, testigo de Jehová de Croacia, fue citada para comparecer ante un tribunal a fin de resolver ciertos asuntos económicos. Cuando llegó el día, se presentó ante el juez puntualmente; pero como una de las partes implicadas se retrasaba y ella estaba deseosa de dar testimonio de su fe, armándose de valor, se dirigió al juez y le preguntó:

—Su señoría, ¿sabía usted que pronto ya no habrá ni jueces ni tribunales en la Tierra?— (Se refería, claro está, a los jueces tales como los conocemos en la actualidad.)

Sorprendido, el juez se quedó mirándola, sin pronunciar palabra. En ese mismo momento comenzó la sesión. Al final, cuando ella se puso de pie para firmar un documento, el juez se inclinó y le dijo al oído:

—¿Está usted segura de lo que acaba de decirme, eso de que no va a haber ni jueces ni tribunales en la Tierra?

—Así es, su señoría. No tengo la menor duda.

—¿Qué pruebas tiene?

—Las pruebas están en la Biblia.

El magistrado indicó que le gustaría revisarlas, pero que no tenía Biblia. Ante esto, ella se ofreció a conseguirle una. Más tarde, los Testigos fueron a visitar al juez, le entregaron una Biblia y le ofrecieron un curso bíblico semanal. El juez aceptó, y no tardó mucho en hacerse testigo de Jehová.

De manera profética, el Salmo 2:10 dice: “Ahora, oh reyes, ejerzan perspicacia; déjense corregir, oh jueces de la tierra”. Da gusto ver que algunos de ellos aceptan humildemente la amorosa invitación de Jehová.

[Ilustración de la página 32]

Sladjana con el juez