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Todo un ejemplo de honradez

Todo un ejemplo de honradez

Todo un ejemplo de honradez

NELMA, que es peluquera en la ciudad brasileña de Cruzeiro do Sul, pasó hace poco por una situación que puso a prueba su integridad cristiana. Cuando la zona en que vivía fue azotada por las inundaciones, una cliente suya que era empresaria le hizo una donación de ropa. Pues bien, al revisar las prendas, Nelma encontró una suma equivalente a 1.000 dólares en los bolsillos de un pantalón.

Aquel dinero representaba para ella siete meses de salario, y realmente lo necesitaba. Su propia casa había sido dañada por las inundaciones, y su padre y hermanos habían perdido casi todas sus pertenencias. Con esa cantidad podría haber reparado su hogar y hasta le hubiera sobrado algo para ayudar a sus familiares. Sin embargo, su conciencia educada en los principios bíblicos no le permitió quedarse con el dinero (Hebreos 13:18).

Temprano al día siguiente fue a su trabajo y, antes de que la peluquería abriera sus puertas, se puso en contacto con la empresaria que le había donado la ropa. Nelma le agradeció la donación, pero añadió que no podía quedarse con lo que había encontrado en el pantalón. La señora se puso contentísima, pues había apartado ese dinero para pagar a sus empleados. “La honradez no es muy frecuente hoy en día”, le dijo la empresaria.

Tal vez haya quienes piensen que no vale la pena ser honrado. No obstante, la honradez es una cualidad que valoran mucho quienes se esfuerzan por complacer al Dios verdadero, Jehová (Efesios 4:25, 28). “Si hubiera hecho otra cosa, no habría podido dormir tranquila”, comentó Nelma.