“¿Por qué, Señor, callaste?”
“¿Por qué, Señor, callaste?”
ESA pregunta la planteó el papa Benedicto XVI como parte de su discurso del 28 de mayo de 2006 cuando visitó el antiguo campo de concentración de Auschwitz (Polonia), el lugar donde los nazis asesinaron a cientos de miles de judíos y de otras personas. Dijo, además: “¡Cuántas preguntas se nos imponen en este lugar! Siempre surge de nuevo la pregunta: ¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar este exceso de destrucción, este triunfo del mal? [...] Debemos seguir elevando, con humildad pero con perseverancia, ese grito a Dios: ‘Levántate. No te olvides de tu criatura, el hombre’”.
El discurso del Papa provocó todo tipo de reacciones. Algunos detectaron reveladoras omisiones, como el hecho de que no mencionara el antisemitismo relacionado con las atrocidades cometidas en Auschwitz. Otros interpretaron sus palabras como un intento de quitar importancia a la petición de perdón de Juan Pablo II por los pecados cometidos por la Iglesia. Un periodista católico, Filippo Gentiloni, plantea esta otra cuestión: “Ante la difícil pregunta de dónde estaba Dios —una pregunta sin respuesta—, era lógico que no pocos comentaristas pidieran más bien que se les contestara una pregunta más sencilla: ¿dónde estaba Pío XII?”. Estas críticas hacían referencia al silencio que guardó el papa Pío XII durante el Holocausto.
El Holocausto y todo otro acto de genocidio cometido a lo largo de la historia humana confirman que “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo” (Eclesiastés 8:9). No, el Creador del ser humano no ha permanecido callado ante tantos horrores. Más bien, mediante las páginas de la Biblia ha revelado las razones por las que permite la maldad, y nos garantiza que no ha olvidado a la humanidad. De hecho, pronto llegará a su fin el espacio de tiempo que Dios ha concedido para que el hombre se gobierne solo (Jeremías 10:23). ¿Le interesaría saber más del propósito de Dios para la humanidad? Los testigos de Jehová le ayudarán con gusto a encontrar las respuestas bíblicas a estas preguntas que han dejado desconcertado al papa Benedicto XVI.
[Reconocimiento de la página 32]
Museo de Oświęcim