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Predicación en la plaza del mercado

Predicación en la plaza del mercado

Predicación en la plaza del mercado

CUANDO estuvo en Atenas, el apóstol Pablo iba a diario a la plaza del mercado para predicar las buenas nuevas sobre Jesús (Hech. 17:17). Escogió ese lugar porque siempre estaba lleno de gente.

Casi dos mil años después, el pueblo de Jehová sigue difundiendo el mensaje del Reino de Dios en lugares donde puede hallarse a muchas personas. Por ejemplo, algunos Testigos van a los mercados o a los centros comerciales. Tras obtener el permiso de la administración, instalan un mostrador o un pequeño puesto para exponer allí sus publicaciones bíblicas.

Por ejemplo, en un centro comercial de Nueva Jersey (Estados Unidos) se preparó una atractiva exposición de publicaciones sobre el tema “Cómo preservar los valores familiares”. ¿Cuáles fueron los resultados? En un solo día se distribuyeron 153 libros en seis idiomas.

Una mujer que se acercó al puesto de publicaciones escuchó atentamente la explicación que dio una de las hermanas. La mujer reconoció que es importante tomar en cuenta a Dios tanto en la vida personal como en la vida familiar, y obtuvo las siguientes publicaciones: Aprendamos del Gran Maestro, El secreto de la felicidad familiar y Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas.

A primera hora de la tarde, un señor que se dirigía a la tienda que estaba junto al puesto de publicaciones se quedó mirando el libro Los jóvenes preguntan. La hermana que estaba en el puesto notó su curiosidad y le preguntó: “¿Le interesa alguno de estos libros?”. Él dijo que sí y señaló el libro Los jóvenes preguntan. Ella le entregó un ejemplar. El hombre dijo que tenía tres hijos —dos de ellos adolescentes— y mencionó que una vez a la semana se sentaba a conversar con ellos. Mientras hojeaba el libro, dijo que le podría servir de guía durante algunas de estas conversaciones familiares. La publicadora también dirigió su atención a El secreto de la felicidad familiar, asegurándole que él y su esposa encontrarían en esta publicación consejos muy útiles sobre cómo tomar decisiones familiares. El hombre agradeció la sugerencia, hizo una donación y aceptó que alguien lo visitara en su hogar.

¿Cómo se sintieron los Testigos tras su día de predicación en el centro comercial? “Disfruté mucho de esta forma de predicar —mencionó una hermana—. ¡Fue una experiencia muy bonita!” Otra hermana señaló: “Jehová promete que las buenas nuevas se predicarán hasta la parte más distante de la Tierra. Hoy, en Paramus (Nueva Jersey), estas buenas nuevas han tocado el corazón de personas que hablan diferentes idiomas. Fue maravilloso predicar de esta manera. Todo el que participó se sintió feliz. Nadie quería irse al acabar el día”.

Nuestro método principal de predicación es ir de casa en casa (Hech. 20:20). Sin embargo, hay otras formas de dar a conocer las buenas nuevas. ¿Le gustaría intentar alguna de ellas? Quizá usted también pueda predicar en la plaza del mercado o en el centro comercial.