¿Está usted recibiendo “alimento al tiempo apropiado”?
VIVIMOS en el tiempo más difícil de la historia (2 Tim. 3:1-5). Cada día se ponen a prueba nuestro amor a Jehová y nuestra firme decisión de vivir de acuerdo con sus normas. Jesús predijo estos tiempos agobiantes y les prometió a sus seguidores darles el ánimo necesario para aguantar hasta el fin (Mat. 24:3, 13; 28:20). Con ese objetivo nombró a un esclavo fiel que proporcionaría “alimento [espiritual] al tiempo apropiado” (Mat. 24:45, 46).
Desde que el esclavo fiel fue nombrado en 1919, millones de “domésticos” de todas las lenguas se han unido a la organización de Dios y están recibiendo alimento espiritual (Mat. 24:14; Rev. 22:17). Ahora bien, la realidad es que hay información que no está disponible en todos los idiomas; además, no todas las personas pueden leer nuestras publicaciones en formato electrónico. Muchas no pueden acceder a los videos y artículos publicados en jw.org. ¿Quiere decir eso que se pierden el alimento que necesitan para mantenerse fuertes en sentido espiritual? Para entender bien este asunto, tenemos que contestar cuatro preguntas fundamentales.
1. ¿Cuál es el principal ingrediente del alimento que Jehová nos proporciona?
Cuando Satanás tentó a Jesús para que convirtiera piedras en panes, Jesús le respondió: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová” (Mat. 4:3, 4). ¿Y dónde se encuentran las expresiones de Jehová? En la Biblia (2 Ped. 1:20, 21). De modo que el principal ingrediente de nuestro alimento espiritual es la Biblia (2 Tim. 3:16, 17).
Gracias a la organización de Jehová, la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras se puede leer, completa o en parte, en más de 120 lenguas, y la lista aumenta todos los años. Además, hay miles de millones de ejemplares de otras versiones de la Biblia en miles de lenguas. Este logro extraordinario está de acuerdo con la voluntad de Jehová; él quiere que “hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Tim. 2:3, 4). Y como “no hay creación que no esté manifiesta a la vista de él”, podemos tener la seguridad de que Jehová se encargará de atraer a “los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” y de darles el alimento que les haga falta (Heb. 4:13; Mat. 5:3, 6; Juan 6:44; 10:14).
2. ¿Cómo contribuyen nuestras publicaciones a que tengamos suficiente alimento?
Si queremos tener una fe fuerte, no basta con que leamos la Biblia. Es importante que comprendamos lo que leemos en ella y lo pongamos en práctica (Sant. 1:22-25). Así lo entendió un funcionario etíope del primer siglo. Él estaba leyendo la Palabra de Dios cuando Felipe el evangelizador le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. El etíope le contestó: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?” (Hech. 8:26-31). Entonces, Felipe le ayudó a comprender con exactitud la Palabra de Dios, y aquel hombre se sintió tan motivado que se bautizó (Hech. 8:32-38). Algo similar sucede con nosotros. Nuestras publicaciones nos han ayudado a entender las verdades de la Biblia. Nos llegan tan hondo que nos sentimos impulsados a aplicar lo que aprendemos (Col. 1:9, 10).
Los siervos de Jehová recibimos abundante alimento y bebida espiritual mediante las publicaciones (Is. 65:13). Por ejemplo, La Atalaya, publicada en más de 210 idiomas, explica las profecías bíblicas y nos ayuda a entender verdades espirituales profundas y a vivir según los principios de la Biblia. Y con la revista ¡Despertad!, que se publica en unos 100 idiomas, descubrimos sorprendentes detalles de la creación y aprendemos a aplicar los consejos de las Escrituras (Prov. 3:21-23; Rom. 1:20). El esclavo fiel pone a nuestro alcance publicaciones bíblicas ¡en más de 680 lenguas! ¿Dedica usted algún tiempo todos los días a leer la Biblia? ¿Lee cada revista y cada nueva publicación que aparece en su idioma?
Ahora bien, las publicaciones no son todo lo que tenemos. La organización de Jehová también prepara bosquejos basados en la Biblia para los discursos que se dan en nuestras reuniones y asambleas. ¿Disfruta usted de los discursos, las representaciones dramáticas, las demostraciones y las entrevistas que se presentan en esas ocasiones? ¡Qué banquete espiritual nos regala Jehová! (Is. 25:6.)
3. Si en su lengua no existen todas las publicaciones que se producen, ¿le faltará a usted alimento espiritual?
¡Claro que no! No debería sorprendernos que, a veces, algunos siervos de Jehová tengan más alimento espiritual que otros. Pensemos en los apóstoles. Ellos recibieron más información que muchos otros discípulos del siglo primero (Mar. 4:10; 9:35-37). Pero no por eso los otros discípulos pasaron hambre espiritual: ellos tuvieron todo lo que necesitaban (Efes. 4:20-24; 1 Ped. 1:8).
También es bueno tener en cuenta que mucho de lo que Jesús dijo e hizo mientras vivió en la Tierra no se encuentra en ningún Evangelio. Así lo expresó el apóstol Juan: “Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran” (Juan 21:25). Aunque los seguidores de Jesús del siglo primero tuvieron más información que nosotros acerca de él, no estamos en desventaja; Jehová se ha asegurado de que sepamos lo suficiente de Jesús como para seguir sus pasos (1 Ped. 2:21).
Pensemos, además, en las cartas que los apóstoles enviaron a las congregaciones. Hay por lo menos una escrita por Pablo que no tenemos en la Biblia (Col. 4:16). ¿Diríamos que por ese motivo nuestro alimento espiritual es insuficiente? Por supuesto que no. Jehová sabe lo que nos hace falta para estar bien nutridos y nos lo ha proporcionado (Mat. 6:8).
Jehová sabe lo que nos hace falta para estar bien nutridos y nos lo ha proporcionado
En nuestros días, algunos hermanos quizá tengan a su disposición más alimento que otros. ¿Habla usted un idioma en el que hay solo unas pocas publicaciones disponibles? No se preocupe; Jehová también lo cuida. Estudie las publicaciones que tenga y, si es posible, vaya a las reuniones en un idioma que entienda. Puede estar seguro de que Jehová lo mantendrá espiritualmente fuerte (Sal. 1:2; Heb. 10:24, 25).
4. Si usted no tiene acceso a lo que se publica en jw.org, ¿se debilitará espiritualmente?
En nuestra página de Internet se pueden leer nuestras revistas y otras publicaciones para estudiar la Biblia. También se encuentra información para matrimonios, jóvenes y padres con hijos pequeños, una información que puede ser muy práctica para estudiar en familia. Además, aparecen informes de programas especiales, como las graduaciones de Galaad o la reunión anual. Y se publican noticias sobre desastres naturales y asuntos legales que afectan a la hermandad mundial (1 Ped. 5:8, 9). Nuestro sitio de Internet también es una herramienta de predicación muy poderosa, pues permite que las buenas nuevas lleguen incluso a lugares donde las autoridades dificultan o prohíben nuestra obra.
Ahora bien, sea que tenga Internet o no, usted puede mantener saludable su espiritualidad. El esclavo fiel ha trabajado mucho para proporcionar a cada doméstico información impresa que lo mantenga bien alimentado. Por lo tanto, usted no debería sentirse obligado a comprar un dispositivo electrónico solo para acceder a jw.org. Quizás haya quienes, a nivel individual, decidan imprimir una cantidad limitada de artículos publicados en nuestra página para beneficio de quienes no tengan Internet, pero no se exige que las congregaciones lo hagan.
Jesús está cumpliendo su promesa de atender nuestras necesidades espirituales. ¡Y cuánto lo agradecemos! A medida que nos acercamos al fin de estos difíciles últimos días, podemos confiar plenamente en que Jehová nunca dejará de darnos “alimento al tiempo apropiado”.