Jehová siempre actúa con lealtad
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Jehová siempre actúa con lealtad
CUANDO alguien en quien confiamos nos decepciona o nos traiciona, es normal sentirse muy dolido. En este mundo en el que la lealtad brilla por su ausencia, situaciones como esta son bastante comunes (2 Timoteo 3:1-5). Por ello, tal vez pensemos que nadie merece nuestra absoluta confianza. ¿Habrá alguien que jamás nos falle? Al analizar la vida de David, rey del antiguo Israel, veremos la respuesta.
Si alguien sabe lo que es sufrir injusticias, ese es David. El primer rey de Israel, Saúl, le tenía tanta envidia que lo desterró y persiguió sin tregua. Muchos de sus allegados tampoco estuvieron a la altura de lo que él esperaba. Su esposa Mical, en vez de ser leal y respetarlo, llegó a “despreciarlo en su corazón” (2 Samuel 6:16). Ahitofel —uno de sus hombres de confianza— lo traicionó al unirse a una rebelión en su contra. Y ¿quién era el cabecilla de la revuelta? ¡Su propio hijo, Absalón! Pero ¿cómo reaccionó David al ser traicionado una y otra vez? ¿Concluyó que no podía confiar en nadie?
La respuesta se encuentra en 2 Samuel 22:26. Demostrando su gran fe en Jehová Dios, David dijo: “Con alguien leal tú actuarás en lealtad”. Estas hermosas palabras indican que, aunque los hombres le fallaran, sabía que su Padre celestial jamás lo haría.
Analicemos este versículo un poco más. La expresión “actuarás en lealtad” es la traducción de un verbo hebreo que también puede verterse “actuarás en bondad amorosa”. Por tanto, la verdadera lealtad está inseparablemente ligada al amor y la bondad. Esto nos garantiza que Jehová nunca abandonará a quienes le son leales, pues el amor lo mantiene unido a ellos. *
Otro detalle importante es que la lealtad no es simplemente un sentimiento: es una cualidad que se manifiesta con acciones. Por eso, el versículo indica que Jehová ‘actúa en lealtad’, es decir, que sus actos demuestran que es un Dios leal. Y el fiel rey David lo sabía por experiencia propia: durante los momentos más difíciles de su vida, Jehová siempre se mantuvo a su lado, protegiéndolo y guiándolo. En efecto, lo libró “de la mano de todos sus enemigos”, como bien reconoció David, lleno de agradecimiento (2 Samuel 22:1).
Y en nuestro caso, ¿se cumplirán las palabras de 2 Samuel 22:26? Recordemos que Jehová no cambia (Santiago 1:17). Él es siempre fiel a sus principios y jamás deja de cumplir sus promesas. Y una de ellas es la que registró David: “Jehová [...] no dejará a los que le son leales” (Salmo 37:28).
Así es, Dios valora nuestra lealtad. Aprecia muchísimo que le obedezcamos fielmente y espera que imitemos su ejemplo siendo leales con quienes nos rodean (Efesios 4:24; 5:1). Si así lo hacemos, podemos estar seguros de que él nunca nos va a dejar. Puede que otros nos fallen cuando más los necesitemos, pero Jehová no: él nos ayudará a superar cualquier dificultad. Con razón la Biblia lo llama “el Leal” (Revelación [Apocalipsis] 16:5). ¿No es cierto que deseamos acercarnos cada día más a él?
[Nota]
^ párr. 4 Las palabras de 2 Samuel 22:26 (muy parecidas a las del Salmo 18:25) se traducen así en cierta versión: “Con quien te ama, eres todo amor” (Biblia de América).