LA BIBLIA LES CAMBIÓ LA VIDA
La promesa de un paraíso me cambió la vida
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AÑO DE NACIMIENTO: 1974
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PAÍS: LETONIA
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OTROS DATOS: COMPETÍA EN CARRERAS DE MOTOCICLETAS
MI PASADO:
Nací en Riga, la capital de Letonia. Mi hermana y yo vivíamos con nuestra madre. Aunque mi madre era católica, solo íbamos a la iglesia en las fiestas religiosas. Yo siempre creí en la existencia de un poder superior. Sin embargo, de adolescente empecé a tener otros intereses.
Mi madre se dio cuenta de que yo tenía la habilidad de desmontar cosas y volverlas a montar. Como le daba miedo que le desmantelara toda la casa, no me dejaba solo. Para entretenerme, me regaló un juego de construcción con piezas de metal que yo no dejaba de armar y desarmar. Este hobby me gustaba tanto como mi otra pasión: el motociclismo. Mi madre me inscribió en una carrera llamada Zelta Mopēds, y así fue como empecé a competir, con motocicletas de baja cilindrada. Después pasé a motocicletas más potentes.
Aprendí rápido y enseguida me hice un nombre en este peligroso deporte. Logré ganar el campeonato de motocicletas de Letonia en tres ocasiones, y el de los países bálticos, en dos.
LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA:
En la cumbre de mi carrera, mi novia Evija, con quien después me casé, encontró una publicación de los testigos de Jehová que contenía un cupón para solicitar un curso de la Biblia. Lo rellenó, lo envió y poco tiempo después estaba recibiendo clases de la Biblia con dos Testigos. Para aquel tiempo francamente no me interesaba mucho la religión, pero no me opuse a que ella estudiara.
Con el paso del tiempo, las Testigos que le enseñaban de la Biblia a Evija me invitaron a escuchar la clase. Acepté y me gustó lo que oí. Una de las cosas que dejaron huella en mi corazón fueron las palabras de Salmo 37:, donde se promete que la Tierra se convertirá en un paraíso. Allí dice: “Y solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar, y él no será. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”. 10, 11
Mi interés por la Biblia era cada vez mayor. Me di cuenta de todas las mentiras religiosas que existen. En cambio, la lógica y la sencillez de las enseñanzas bíblicas me dejaron muy impresionado.
En el estudio de la Biblia aprendí que para Jehová la vida es muy valiosa (Salmo 36:9). Eso hizo que me cuestionara si debía continuar con mi carrera deportiva. Ya no quería poner en riesgo mi vida, quería dedicarla a Jehová. La fama, la gloria y la adrenalina de las carreras ya no me llenaban.
Soy responsable ante Jehová, quien me ha dado la vida
En 1996 asistí a una asamblea internacional de los testigos de Jehová en Tallin (Estonia), cerca del estadio donde solía competir. Allí vi personas de distintos países reunidas en paz. Cuando una de las asistentes perdió su bolso, pensé que jamás lo encontraría. Pero poco después, otra de las asistentes lo encontró y se lo devolvió intacto. ¡No podía creerlo! Fue entonces cuando entendí que los testigos de Jehová realmente se guían por los principios bíblicos. Evija y yo seguimos progresando en sentido espiritual y nos bautizamos en 1997.
QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO:
Algunos de los amigos que tenía en el arriesgado mundo del motociclismo han muerto en accidentes. Pero yo estoy vivo gracias a la Biblia, pues al estudiarla aprendí que soy responsable ante Jehová, quien me ha dado la vida.
Durante cuatro años, mi esposa y yo estuvimos sirviendo en la sucursal de los testigos de Jehová en Riga. Ahora estamos criando a nuestra hija, Alise, y le enseñamos a amar a Jehová. También dedico un día a la semana a trabajar en el centro de traducción de Letonia reparando cosas como autos. Me alegra usar bien las habilidades que adquirí de niño. Sí, todavía sigo desmontando y montando cosas.
Gracias a lo que he aprendido en la Biblia, tengo el honor de dar testimonio del único Dios verdadero con mi familia. No cabe duda de que la promesa de un paraíso en la Tierra me cambió la vida.