LOS cedros del Líbano son unos árboles grandes e impresionantes. Comparados con ellos, los olivos no impresionan mucho, porque son bajitos y retorcidos. Pero son muy fuertes y pueden vivir hasta mil años. Sus raíces son muy grandes y resistentes. Aunque corten el tronco del olivo, puede volver a crecer si las raíces siguen vivas.

Este ejemplo nos recuerda algo que dijo un siervo de Dios de tiempos antiguos llamado Job. Él puso como ejemplo un árbol, tal vez un olivo. Dijo que aunque lo corten, puede volver a crecer. Y aunque haya sequía, cuando llueve, produce otra vez ramas “como planta nueva” (Job 14:7-9). Job puso este ejemplo para demostrar que confiaba en que si moría, Dios podía resucitarlo (Job 14:13-15).

Cuando un campesino ve que un árbol ha sido cortado, desea verlo crecer otra vez. De forma parecida, cuando Jehová ve que sus siervos y muchas otras personas han muerto, desea devolverles la vida (Mateo 22:31, 32; Juan 5:28, 29; Hechos 24:15). Nosotros también deseamos que vuelvan a vivir. ¡Qué felices seremos cuando llegue ese día!