Estrategias clínicas para evitar transfusiones de sangre
Para evitar las transfusiones de sangre es esencial optimizar el empleo de estrategias destinadas a controlar la hemorragia, usar de forma racional la sangre autóloga, mejorar la hematopoyesis y maximizar la tolerancia a la anemia. Esto se logra utilizando oportunamente una serie de combinaciones adecuadas de técnicas —médicas y quirúrgicas—, aparatos y fármacos para el ahorro de sangre. El uso planificado y sistemático de múltiples alternativas a las transfusiones por parte de equipos interdisciplinarios puede evitar las transfusiones de sangre alogénica de una manera sencilla, segura y eficaz.
“El cuidado de pacientes sin usar transfusiones requiere una gran variedad de técnicas de ahorro de sangre, llevadas al extremo, para evitar las transfusiones en lugar de reducirlas”. (Guinn NR, et al. Perioperative management of patients for whom transfusion is not an option. Anesthesiology 2021;134(6):939-48).
Objetivos
minimizar la pérdida de sangre
mejorar la hematopoyesis
usar de forma racional la sangre autóloga (durante el intraoperatorio y el postoperatorio)
maximizar la tolerancia a la anemia
Evaluación y planificación preoperatorias
Anamnesis y exploración física detalladas
Diagnóstico precoz y tratamiento o prevención de la anemia (agentes estimulantes de la eritropoyesis, hierro)
Evaluación clínica y optimización del estado de la coagulación
Empleo juicioso de anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios y otros productos que puedan afectar la coagulación
Limitar la flebotomía (cantidad y frecuencia) para disminuir la hemorragia iatrogénica
Planificación del tratamiento (división de intervenciones complejas en varias fases, equipo quirúrgico ampliado y tiempo mínimo, técnicas mínimamente invasivas, embolización angiográfica preventiva preoperatoria o intraoperatoria)
Tratamiento intraoperatorio
Hemostasia y técnica operatoria meticulosas
Instrumentos quirúrgicos hemostáticos (p. ej., térmicos, electroquirúrgicos, ultrasónicos)
Fármacos para mejorar la hemostasia (p. ej., fármacos sistémicos como el ácido tranexámico, el ácido aminocaproico, concentrados de factores de coagulación, a el rFVIIa b y los hemostáticos tópicos c) y hemostasia mecánica u oclusión mecánica
Uso racional de la sangre autóloga d (p. ej., recuperación de sangre, hemodilución)
Otras técnicas de ahorro de sangre (p. ej., anestesia hipotensora, posicionamiento quirúrgico, normotermia)
Procedimientos mínimamente invasivos (p. ej., laparoscopia, endoscopia, radiocirugía estereotáctica)
Embolización angiográfica
Tratamiento postoperatorio
Maximizar la tolerancia a la anemia
Evaluación continua del estado de coagulación, y control y detención del sangrado
Detención inmediata de cualquier sangrado (reoperación, agentes hemostáticos, e posicionamiento del paciente, oclusión arterial guiada por radiología)
Recuperación de sangre postoperatoria f
Tratamiento de la anemia
Mantenimiento de la volemia (uso juicioso de los expansores no hemáticos del volumen sanguíneo)
Evitar la hipertensión y la hipotermia
Limitar la flebotomía
Resultados positivos
Menos efectos adversos
Tasas de infección más bajas
Estancias más cortas en el hospital y en la unidad de cuidados intensivos
Menor mortalidad a corto y largo plazo
No se cancelan operaciones por escasez de existencias de sangre
Menores costos generales de hospitalización y atención al paciente
Comentarios de profesionales médicos
“El principio de autonomía del paciente exige una atención de calidad sin sangre para los pacientes que no aceptan transfusiones de sangre. La medicina y cirugía sin sangre implica el uso de varias técnicas sencillas pero convencionales, de una manera multidisciplinaria y multimodal adaptada a cada paciente, siguiendo un protocolo”. (Usoro NI, et al. Bloodless management of severe obstetric hemorrhage with very severe anemia: a case report. A A Pract 2021;15(2):e01396).
“El uso racional de la sangre es recomendable desde el punto de vista económico y (de acuerdo con la evidencia aquí presentada) desde el punto de vista médico”. (Adamson JW. New blood, old blood, or no blood? N Engl J Med 2008;358(12):1295-6).
“La implementación con éxito del programa de gestión de la sangre del paciente (PBM, por sus siglas en inglés) se vincula a menos complicaciones y a una tasa de mortalidad inferior”. (Althoff FC, et al. Multimodal patient blood management program based on a three-pillar strategy: a systematic review and meta-analysis. Ann Surg 2019;269(5):794-804).
“Los programas de gestión de la sangre del paciente (PBM, por sus siglas en inglés) han tenido una muy buena acogida en los sistemas de salud de todo el mundo, en parte porque estos reducen tanto las transfusiones como los costes y porque se han relacionado con mejores resultados para los pacientes”. (Zeller MP, et al. Safeguarding the patient’s own blood supply. JAMA 2019;321(10):943-5).
“Cada vez hay más pruebas que demuestran las posibles desventajas de la administración de hemoderivados, entre ellas una ventilación mecánica prolongada, un mayor riesgo de infección y un aumento de estancia hospitalaria, tanto en adultos como en niños”. (Kato H, et al. Are blood products routinely required in pediatric heart surgery? Pediatr Cardiol 2020;41(5):932-8).
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