En el 2022 ya habrán pasado 100 años desde que los testigos de Jehová llegaron a Albania.

Nasho Idrizi fue uno de los primeros albaneses en hacerse testigo de Jehová. A comienzos de los años veinte, vivía en Estados Unidos y estudió la Biblia con los Estudiantes Internacionales de la Biblia, que era como se llamaba entonces a los testigos de Jehová.

Nasho regresó a Albania en 1922 y, con el tiempo, otros albaneses que vivían en Estados Unidos y que también se habían hecho Testigos regresaron a su país para hablar de lo que habían aprendido.

Thanas Duli fue uno de los primeros Estudiantes de la Biblia de Albania. Él cuenta: “En 1925, había tres congregaciones en el país. También había algunos Estudiantes de la Biblia y algunas personas interesadas en el mensaje esparcidos por el país”.

En esos primeros años se tradujeron al albanés algunas publicaciones como El Arpa de Dios y Un gobierno deseable. La revista The Watch Tower (La Torre del Vigía) del 1 de diciembre de 1925 dijo: “Se están repartiendo entre la gente muchas publicaciones en albanés. A los albaneses les encanta aprender de la Biblia”.

Como los testigos de Jehová predicaban con mucho entusiasmo, la gente comenzó a llamarlos ungjillorë, que significa “evangelizadores”. Nasho Dori, que se bautizó en 1930, recuerda: “En 1935, alquilamos un autobús entre un grupito de hermanos para ir a predicar a la ciudad de Këlcyrë. Después de eso, organizamos un viaje más largo por el país y predicamos en Përmet, Leskovik, Ersekë, Korçë, Pogradec y Elbasan. Llegamos a Tirana justo a tiempo para celebrar la Conmemoración de la muerte de Cristo”.

En 1939, Albania cayó bajo el control del gobierno de Italia, que era fascista, y se prohibió a los testigos de Jehová. Nuestros hermanos fueron perseguidos porque se mantuvieron neutrales y se negaron a pelear en la guerra greco-italiana. a Durante esos años, 15 Testigos acabaron en prisión. Nikodhim Shyti fue enviado a un campo de concentración y nunca más se supo de él.

En 1944, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista tomó el poder en Albania. Siguieron persiguiendo a nuestros hermanos. Muchos acabaron en prisión y fueron torturados. A otros los enviaron a campos de trabajo, lejos de sus familias. En aquellos años, Albania estaba completamente aislada del resto del mundo. En el anuario Yearbook of Jehovah’s Witnesses (Anuario de los testigos de Jehová) de 1959, se dijo: “Aunque los gobernantes del país separen a los hermanos de Albania del resto de la sociedad del nuevo mundo, no pueden impedir que el espíritu santo actúe sobre ellos”. En 1967, Albania se declaró el primer Estado ateo, y el pequeño grupo de Testigos que había en el país continuó practicando su fe con prudencia.

Después de la caída del comunismo y más de 50 años de prohibición, los testigos de Jehová consiguieron reconocimiento legal el 22 de mayo de 1992.

Hoy, en Albania hay 5.550 testigos de Jehová que se reúnen en 89 congregaciones. Al igual que a nuestros hermanos albaneses, nos alegra ver que, a pesar de la intensa persecución, “la palabra de Jehová siguió extendiéndose y ganando fuerza de manera poderosa” (Hechos 19:20).