El 27 de enero de 2021, el parlamento del estado de Badem-Württemberg (Alemania) rindió homenaje a los testigos de Jehová. Este homenaje se realizó durante el acto que cada año recuerda a las víctimas del régimen nazi de la Segunda Guerra Mundial. Debido a la pandemia del COVID-19, la ceremonia se presentó por internet y la vieron más de 37.000 personas de Alemania, Austria, Países Bajos y Suiza. Después, la grabación se hizo disponible y se vio unas 78.000 veces.

Muhterem Aras, presidenta del parlamento del estado de Baden-Württemberg, dijo: “La historia de la persecución de los testigos de Jehová está muy bien documentada, [...] pero pocos la conocen”. Explicó que la conducta de los Testigos en aquel momento oscuro de la historia es “para nosotros hoy un ejemplo de cómo evitar el odio, el prejuicio y [...] la violencia”.

Muhterem Aras destacó la historia de Anna Denz, una testigo de Jehová de Lörrach, en el estado de Baden-Württemberg. Sus padres murieron en un campo de concentración. Anna se negó a hacer el saludo de “Heil Hitler” en la escuela. Huyó a Suiza con la ayuda de otros Testigos y, con el tiempo, ella y su esposo se mudaron a Estados Unidos. “Anna Denz tuvo el valor de resistir”, dijo la presidenta. “Su fe le dio las fuerzas para lograrlo”.

El historiador Hans Hesse explicó que, justo dos meses después de que los nazis subieran al poder —en 1933—, se prohibió a los testigos de Jehová en Alemania. Hesse contó a la audiencia que nuestros hermanos “se mantuvieron firmes y siguieron predicando y distribuyendo tratados”.

También contó la experiencia del hermano Gustaf Stange. Cuando lo llevaron a juicio por su objeción de conciencia, el fiscal le preguntó: “¿Qué pasaría si todo el mundo hiciera lo mismo que usted?”. A lo que Gustaf respondió: “Si lo hicieran, la guerra terminaría de inmediato”.

Durante el evento en línea, se puso la canción del Reino “¡Avancen, Testigos!”. Wolfram Slupina, que supervisa la Sección de Información Pública de la sucursal de Europa central, contó que nuestro hermano Erich Frost, músico de profesión, compuso la letra original de esta canción mientras estaba preso en el campo de concentración de Sachsenhausen en 1942. En una entrevista que dio hace muchos años, Erich dijo que compuso la canción para animar a otros prisioneros porque “el maltrato que sufrían en el campo era insoportable”.

Mara y Finn Kemper, de 13 y 15 años, que son testigos de Jehová, entrevistaron a Simone Arnold Liebster, una sobreviviente de la persecución nazi. De niña, Simone fue objeto de una intensa oposición, y fue llevada a un reformatorio porque se negó a unirse a los nazis. Ella cuenta que se sintió muy feliz por haber sido leal a pesar de la persecución que sufrió.

Nos alegra que esta ceremonia les diera a tantas personas la oportunidad de escuchar acerca de Jehová. Nuestro Dios demostró ser un ayudante confiable en tiempos de feroz persecución (Hebreos 13:6).