SELTERS (Alemania). El 21 de junio de 2013 se inauguró en Lautertal-Reichenbach un monumento en honor a Max Liebster, un testigo de Jehová que pasó más de cinco años en campos de concentración nazis. El alcalde y otras autoridades municipales develaron el monumento en el transcurso de una ceremonia a la que asistieron habitantes del lugar y Simone Liebster, la viuda del homenajeado, quien también es testigo de Jehová.

El señor Liebster era judío de nacimiento y se convirtió en víctima del régimen de Hitler. En 1939 fue arrestado por la Gestapo y estuvo en cinco campos de concentración: Sachsenhausen, Neuengamme, Auschwitz, Buna y Buchenwald. Ocho de sus familiares perecieron en los campos. Entre ellos estuvo su padre, cuyo cadáver tuvo que arrojar él mismo en el crematorio de Sachsenhausen.

En los campos de concentración conoció a los testigos de Jehová. Y en 1945, año en que quedó libre, se bautizó y llegó a ser oficialmente uno de ellos. Tal como se lee en la placa de bronce del monumento, su fe “le dio la fortaleza y la voluntad de sobrevivir”. En 2008 falleció a los 93 años de edad.

Tal como indicaba la invitación a la inauguración del monumento, el señor Liebster “estaba firmemente convencido de que los valores cristianos pueden ayudarnos a ser mejores personas”. Wolfram Slupina, portavoz de los testigos de Jehová de Alemania, comenta: “Nos complace que se honre la valentía de uno de los muchos hermanos que se mantuvieron firmes en un ambiente de intolerancia religiosa. Este monumento es un buen testimonio del poder que tiene el mensaje de paz y unidad que contiene la Biblia, por el cual se rigen lealmente los testigos de Jehová”.

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Alemania: Wolfram Slupina, tel. +49 6483 41 3110