En octubre y noviembre de 2020, el Tribunal Europeo emitió varios fallos a favor de los testigos de Jehová de Azerbaiyán en los siguientes casos: Gridneva contra Azerbaiyán, Sheveli y Shenguelaya contra Azerbaiyán, Yafárov contra Azerbaiyán y Táguiev contra Azerbaiyán. Con estas decisiones, se garantizan todavía más los derechos que tienen nuestros hermanos de predicar, de tener reuniones religiosas y de importar publicaciones a Azerbaiyán.

Los casos se presentaron ante el Tribunal Europeo en el 2011 y el 2012. Dos de ellos —Gridneva contra Azerbaiyán y Sheveli y Shenguelaya contra Azerbaiyán— estaban relacionados con incidentes en los que la policía había hecho redadas en las reuniones de congregación o había puesto obstáculos a la predicación. Y los otros dos —Yafárov contra Azerbaiyán y Táguiev contra Azerbaiyán— estaban relacionados con situaciones en las que el Gobierno había negado o limitado la importación de nuestras publicaciones.

Es interesante que en tres de los cuatro casos —Gridneva contra Azerbaiyán, Yafárov contra Azerbaiyán y Táguiev contra Azerbaiyán— Azerbaiyán admitió que había violado los derechos de nuestros hermanos, y estuvo de acuerdo en pagar indemnizaciones por un total de 10.500 euros (12.880 dólares).

El caso de Sheveli y Shenguelaya contra Azerbaiyán es sobre un matrimonio que participa en la obra de circuito visitando congregaciones, y que fueron arrestados y deportados injustamente. El Tribunal Europeo le ordenó a Azerbaiyán que les pagara 3.000 euros (3.680 dólares).

En el fallo, el Tribunal Europeo explicó: “Castigar a [este matrimonio] por orar o por expresar su fe de otras maneras [no] es compatible con el Convenio [Europeo de Derechos Humanos]. Admitir que ese castigo es legal es como decir que Azerbaiyán prohíbe las religiones que no están registradas oficialmente. Eso es lo mismo que decir que el gobierno puede ordenarle a una persona las creencias que debe tener”.

En los últimos años, el gobierno de Azerbaiyán ha sido más tolerante con los testigos de Jehová y ha apoyado sus derechos. Nos sentimos agradecidos porque los últimos fallos del Tribunal Europeo han contribuido a la libertad religiosa de nuestros hermanos. Pero a quién más agradecidos estamos es a Jehová, “nuestro refugio y nuestra fuerza” (Salmo 46:1).