El 20 de febrero de 2024, se cumplieron 50 años desde que la obra de los testigos de Jehová de Botsuana consiguió reconocimiento legal. Antes de 1974, hubo periodos en los que se restringieron y hasta se prohibieron por completo las actividades de nuestros hermanos de ese país.

La verdad del Reino llegó por primera vez a Botsuana en 1929, cuando el país todavía se llamaba Bechuanalandia. Sin embargo, en 1941, la fuerte inestabilidad política que produjo la Segunda Guerra Mundial hizo que el Gobierno les pusiera restricciones a nuestra obra y a la distribución de nuestras publicaciones. Cuando en 1959 por fin se levantaron estas restricciones, los testigos de Jehová pudieron seguir con sus actividades con muchos menos obstáculos.

En 1972, una nueva ley exigió que todas las organizaciones religiosas de Botsuana quedaran registradas legalmente. Sin embargo, cuando los hermanos intentaron cumplir con esta ley, el Gobierno rechazó su solicitud y les dio tan solo 20 días para detener todas sus actividades religiosas. En pocas palabras, se había prohibido a los testigos de Jehová. Si alguien predicaba o iba a alguna reunión de la congregación, se arriesgaba a recibir una pena de hasta siete años de cárcel. Pero nuestros hermanos siguieron reuniéndose en secreto. Por ejemplo, a veces se reunían en el campo. Tommy Maruping, que pasó por esta situación, contó: “Aunque estábamos prohibidos, estábamos más decididos que nunca a seguir predicando y reuniéndonos. Sabíamos que Jehová siempre estaría con nosotros, y nunca nos decepcionó”.

Todo cambió el 20 de febrero de 1974, cuando el Gobierno anuló su decisión y les permitió a los Testigos registrarse legalmente como organización religiosa. Hoy casi 2.400 publicadores sirven en 42 congregaciones por todo el país. Hay reuniones en inglés, kalanga de Botsuana, lengua de señas botsuana, setsuana y shona. Hugh Cormican, que empezó a servir como misionero en Botsuana poco después de que se levantara la prohibición, comentó: “Nuestros hermanos siempre han tenido una fe fuerte. Poder adorar a Dios libremente en las reuniones y asambleas nos ayuda a mantenernos realmente unidos como pueblo de Jehová”.

El aguante de nuestros hermanos de Botsuana nos demuestra una vez más que Jehová siempre bendice los esfuerzos que hacen sus siervos leales por obedecer sus mandamientos (1 Juan 5:3).