Desde el 18 de enero de 2020 han estado cayendo lluvias torrenciales en los estados brasileños de Espíritu Santo y Minas Gerais, lo cual ha ocasionado graves inundaciones. Las aguas han dañado numerosos hogares y han arrastrado a su paso automóviles e incluso árboles. Las autoridades informan que miles de personas se han visto forzadas a abandonar su hogar. Lamentablemente, hay más de 60 fallecidos.

En los pueblos de Iconha y Alfredo Chaves, las inundaciones dañaron 9 casas de testigos de Jehová. En total, son 27 los Testigos afectados. Felizmente, ninguno de nuestros hermanos sufrió daño ni perdió la vida.

Unos 100 Testigos de la zona se ofrecieron para ayudar. Siguiendo las indicaciones de los ancianos de congregación, muchos hermanos donaron alimentos, agua y ropa. También ayudaron a sacar el lodo de las casas —tanto de nuestros hermanos como de otros vecinos— y a limpiarlas.

En esta región, ningún Testigo de Jehová resultó herido ni murió. No obstante, 5 Salones del Reino sufrieron daños, y unas 50 familias de Testigos tuvieron que ser evacuadas. Ahora bien, algunos de nuestros hermanos quedaron atrapados en la planta alta de sus propias casas y fue necesario rescatarlos en bote. Otros Testigos ofrecieron con gusto su hogar para alojar a los hermanos evacuados.

Se formaron comités de socorro tanto en Espíritu Santo como en Minas Gerais para coordinar las labores de ayuda. Dichos comités siguen colaborando con los superintendentes de circuito y los ancianos de la zona, a fin de atender las necesidades físicas y espirituales de los Testigos que se han visto afectados.

Seguimos pidiendo a Jehová que cuide de quienes han sido víctimas de este desastre. Y le agradecemos profundamente el apoyo, el consuelo y la ayuda práctica que nuestra hermandad les ha estado dando (Salmo 28:7).