Por primera vez en la historia de Corea del Sur, la fiscalía del Estado solicitó a un tribunal de apelaciones que emitiera un fallo de no culpabilidad en los casos de cinco testigos de Jehová que se negaron a realizar el servicio militar. En consecuencia, el tribunal absolvió a los Testigos y cerró los casos definitivamente. Estos fallos anulan, o dejan sin efecto, las decisiones de los tribunales inferiores que los habían declarado culpables de evadir el servicio militar.

Este fallo de no culpabilidad se anunció el 14 de diciembre de 2018 y sienta un claro precedente para absolver a los más de 900 Testigos que están esperando la resolución de sus casos ante los tribunales coreanos. Los hermanos absueltos están a la espera de que se implemente un servicio civil alternativo.

El tribunal de apelaciones basó su fallo en dos decisiones históricas que se emitieron en el 2018, la del Tribunal Supremo y la del Tribunal Constitucional. Así se puso fin a una práctica que duró 65 años en la que se encarcelaba automáticamente a los objetores de conciencia, sin tomar en cuenta la sinceridad de sus convicciones religiosas.

Algunas organizaciones de derechos humanos han aplaudido las decisiones de los dos tribunales superiores, que reconocen la objeción de conciencia como un derecho fundamental basado en la libertad de conciencia. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea del Sur declaró: “La decisión unánime del Tribunal Supremo puso fin a la práctica dañina de castigar como delincuentes a los objetores de conciencia. Desde la década de 1950, esto ha afectado a casi 20.000 objetores [...]. Manifestamos nuestro profundo respeto hacia los objetores y sus familias por las dificultades que han tenido que soportar”.

Ahora, a los objetores de conciencia se les pide que prueben que su negativa al servicio militar se basa en creencias “profundas, firmes y sinceras”. Los jueces deben buscar pruebas de que el objetor es sincero. Según el Tribunal Supremo: “Todos los aspectos de su vida [...] deben reflejar esa profunda convicción”. Al responder a las preguntas de los jueces, nuestros hermanos tienen una excelente oportunidad de dar testimonio de las razones personales que tienen para no participar en la guerra ni en el servicio militar (1 Pedro 3:15).

Durante más de seis décadas, los testigos de Jehová de Corea del Sur han soportado encarcelamientos debido a su conciencia. Han demostrado, sin dejar dudas, que la postura pacífica y neutral de los cristianos nace del deseo sincero de obedecer el segundo mandamiento más importante: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).