A mediados de septiembre, fuertes lluvias causaron inundaciones en Colorado (Estados Unidos). Como resultado, numerosas calles quedaron intransitables, muchos hogares sufrieron daños y al menos ocho personas murieron. Según los informes recibidos, ningún testigo de Jehová resultó herido ni perdió la vida. Ahora bien, en las zonas más afectadas por el desastre, unas setenta familias Testigos fueron evacuadas. Superintendentes Testigos de la región se encargaron de conseguirles alojamiento y de que se cubrieran sus necesidades inmediatas.

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