Este año, debido al COVID-19, los testigos de Jehová que se encontraban en hospitales o en hogares para personas mayores en la época de la Conmemoración tuvieron algunas dificultades para celebrarla. En la mayoría de los casos, no se les permitía salir ni tampoco recibir visitas. Con la ayuda de los ancianos de su zona, todos pudieron celebrar el acontecimiento más importante del año a pesar de los obstáculos.

En Ciudad de Naju, nuestras hermanas Lee Jeom-soon y Kwon Ae-soon, de 91 y 88 años respectivamente, junto con otra mujer de 96 años estaban decididas a no perderse la Conmemoración. Uno de los doctores del hogar donde viven es testigo de Jehová. Después de celebrar este evento desde casa con su congregación, él regresó al hogar de ancianos y ayudó a las tres mujeres a ver el programa desde jw.org, e incluso les llevó el pan y el vino.

En la ciudad de Uijeongbu, hay un hogar de ancianos en el que viven 14 testigos de Jehová. Nuestro hermano Choi Jae-cheol trabaja allí y, a pesar de la pandemia, pudo ayudar a los Testigos y a otros residentes a ver el programa de la Conmemoración en video. Algunos de los que vieron el discurso comenzaron a estudiar la Biblia con los Testigos.

Nuestra hermana Kim Tae-sun tiene 59 años y vive en Cheonan. Hace cinco años le diagnosticaron cáncer, y recientemente fue hospitalizada porque tenía muchos dolores. La compañera de habitación de Tae-sun en el hospital es otra testigo de Jehová que se llama Kim Jeong-mi. Tiene 69 años y también le diagnosticaron cáncer. Ellas no pueden salir del hospital debido a la pandemia. Pero gracias a la ayuda de los ancianos de la zona pudieron conectarse con su congregación por videoconferencia para celebrar la Conmemoración.

Tae-sun y Jeong-mi les escribieron una carta de agradecimiento a los ancianos, en la que decían: “Muchas gracias por su ayuda. Gracias a ustedes pudimos conectarnos para celebrar la Conmemoración y pasar un buen rato en compañía de nuestros hermanos a pesar de la mala salud y del COVID-19”.

En la prefectura de Mie, Mieko Fujiwara —una Testigo de 70 años— tuvo que ser hospitalizada. Como en el hospital no hay wifi, no pudo conectarse con su congregación por videoconferencia para celebrar la Conmemoración. Pero sí consiguió ver el programa desde su habitación gracias a que un anciano y su esposa le pasaron previamente a su celular el discurso de la Conmemoración.

Nuestra hermana Yuki Takeuchi, que tiene 102 años, vive en un hogar de ancianos en la ciudad de Zama, prefectura de Kanagawa. Antes de la Conmemoración, su hija y su yerno le enviaron un pequeño paquete con el pan y el vino. De esta manera, pudo celebrar la Conmemoración por teléfono junto con ellos.

El yerno de Yuki, nuestro hermano Mimura, dijo: “Mi suegra se bautizó en 1954, y nunca se ha perdido una Conmemoración. Así que, a pesar de que este año la Conmemoración fue diferente, estaba muy contenta porque no se la perdió”.

Gracias a la ayuda de los ancianos, ni la enfermedad ni la edad avanzada impidieron que estos publicadores celebraran la Conmemoración. Estamos seguros de que Jehová no olvida los esfuerzos de todos ellos (Hebreos 6:10).