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Una hermana de Estados Unidos está feliz de participar en la predicación por carta.

31 DE MARZO DE 2020
NOTICIAS INTERNACIONALES

Ellos también siguen activos a pesar de la pandemia

Ellos también siguen activos a pesar de la pandemia

El coronavirus está poniendo en riesgo la vida de muchas personas mayores. Por eso, los testigos de Jehová de edad avanzada han tomado la buena decisión de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, y se han quedado en casa. Pero no están solos y sin nada que hacer: están usando la tecnología para “ir” a las reuniones y predicar.

En Roma (Italia), una hermana que se bautizó en 1952 y que tiene 94 años no había podido salir de casa desde hacía algún tiempo antes de la pandemia. Veía las reuniones grabadas en JW Stream, pero no eran las de su congregación. Sin embargo, los ancianos de su congregación ahora están organizando las reuniones por videoconferencia, así que ella puede “asistir” a esas reuniones y, además, ver a todos los hermanos.

En Spanish Fork (Utah, Estados Unidos), una hermana sorda llamada Stephanie Aitken vive en un hogar para mayores que ya no permite visitas. En vista de eso, un anciano y su esposa aprovecharon que la puerta de entrada del hogar es de cristal para explicarle a la hermana en lenguaje de señas cómo instalarse una aplicación para videoconferencias. Cuando Stephanie logró instalarla, abrazó la tablet. ¡Está tan contenta de poder conectarse con su congregación!

Por todo el mundo, los testigos de Jehová usan la tecnología para superar los desafíos de la actual crisis sanitaria, y nuestros hermanos mayores no se quedan atrás. Esto nos recuerda la promesa de Jehová de que su pueblo haría buen uso de “la leche de naciones” (Isaías 60:16). Sabemos que él puede llegar a ser lo que haga falta para ayudar a sus siervos en tiempos de angustia.

 

Durante las reuniones de congregación. Arriba a la izquierda: un matrimonio de Suecia. Abajo a la izquierda: un hermano de Francia. A la derecha: un matrimonio de Corea del Sur.

Un matrimonio de Noruega predicando por teléfono.

Un matrimonio de Italia recibe ánimo en una videollamada.