El 1 de junio de 2023, muchas sucursales de los testigos de Jehová por todo el mundo volvieron a abrir sus puertas después de más de tres años. Las visitas guiadas se suspendieron debido a la pandemia del COVID-19. Así que ese día fue muy especial para los betelitas de todo el mundo y para los miles de visitantes que recibieron.

Los betelitas recibieron con carteles de bienvenida, canciones, sonrisas y abrazos a los visitantes que iban llegando. Ellis Bott comenzó a servir en la central mundial en Warwick (Nueva York) durante la pandemia. Él cuenta: “¡Fue impresionante ver aquella fila de betelitas en la recepción con carteles de bienvenida! Hubo muchas lágrimas de alegría... Todo eso me recordó que Betel tiene algo especial”. Una voluntaria externa de Betel, Alexis Alexander, estaba muy emocionada porque ella también pudo recibir y atender a los hermanos que iban a las visitas guiadas. Ella dijo: “Ver el amor que tienen los hermanos por Jehová y por su casa fue algo único”.

Mi-yeon Jo estaba encantada de poder llevar por fin a su hijo de ocho años, Yoon, a visitar la sucursal de Corea del Sur. Yoon estaba tan contento por ir a Betel que la noche anterior casi no pudo dormir. Mi-yeon cuenta: “En cuanto nos levantamos, pusimos la canción de cuando Sofía y Caleb van a Betel. Y luego también la escuchamos cuando íbamos de camino a la sucursal”. Yoon pasó un día tan feliz que al final dijo: “Lo único que le falta a Betel son animales, y sería el Paraíso”.

Noah Johnsen, un joven de Alberta (Canadá) que padece atrofia muscular espinal, siempre había querido visitar las instalaciones de Betel que hay en Nueva York (Estados Unidos). Debido a su enfermedad, no puede viajar en avión, así que sus padres lo llevaron en auto. Recorrieron unos 4.100 kilómetros (2.500 millas) para llegar a la sucursal de Estados Unidos en Wallkill (Nueva York). Noah resume toda su experiencia en una palabra: amor. Él dijo: “Pude sentir el amor de Jehová y el amor de los hermanos”.

A Fyodor Zhitnikov, de 76 años, y su esposa, Yulita, les gustó mucho la visita que hicieron al museo de la sucursal de Kazajistán. Una de las exposiciones del museo cuenta la historia de muchos hermanos y hermanas que se mantuvieron fieles por décadas. Fyodor sirvió a Jehová hombro a hombro con muchos de ellos, así que esta visita fue muy especial para él. Se mostró muy agradecido por todo el trabajo que hubo detrás de esta exposición. Él dijo: “Si para nuestros hermanos fue importante conservar un registro de lo que hicimos por Jehová, entonces, imagínense lo importante que es para él, para Jehová, que se acuerda de todo y valora muchísimo lo que hace cada uno de sus siervos”.

Nos llena de alegría que muchas instalaciones de Betel de todo el mundo hayan vuelto a abrir sus puertas y estén recibiendo a muchos visitantes. ¡Qué lindo será recibir a miles más en los próximos meses! (Salmo 122:1).

No se pierda esta galería de fotos, donde verá a hermanos de todo el mundo visitando algunas de nuestras sucursales y museos.