26 DE MAYO DE 2020
ITALIA
Entrevista a un médico de Urgencias en Italia
Giandomenico Gullà —un testigo de Jehová que trabaja en la sala de urgencias del hospital de Erba, cerca de Como (Italia)— ha vivido la pandemia del COVID-19 en primera línea de batalla. Pero su fe le ha dado paz mental, y eso le ha permitido consolar a otras personas (2 Corintios 1:4). Hace poco, la Sección de Información Pública de nuestra sucursal en Italia le hizo una entrevista para que contara algunas de las cosas que ha vivido.
A continuación verá una transcripción resumida de esa entrevista. Se le han hecho algunos retoques por razones de claridad.
¿A qué situaciones se ha enfrentado durante esta pandemia?
Giandomenico: En el hospital donde trabajo todo pasó tan de repente..., llegó como un tsunami. El hospital entero se tuvo que reorganizar de arriba abajo para destinar algunos departamentos exclusivamente a pacientes de COVID-19. La situación es especialmente difícil porque los pacientes están aislados y no pueden tener contacto físico con su familia o sus amigos. Así que yo me encargo de mantenerlos al día por teléfono. En una ocasión, en medio de la noche, tuve que llamar a alguien para decirle que su madre se estaba muriendo. Hice una videollamada con mi teléfono para que pudiera ver a su madre una última vez, aunque ya estaba en coma. Ver eso fue muy doloroso.
¿Cómo lo consuela lo que sabe de la Biblia?
Giandomenico: Me he dado cuenta de que, a diferencia de mis compañeros —que muchas veces se sienten perdidos y agobiados—, a mí la Biblia me está ayudando a conservar la calma, a estar tranquilo. Tengo más claro que nunca que Jehová nos ha estado preparando para estos momentos tan difíciles. Para mí, esta pandemia es una prueba más de que se están cumpliendo las profecías de la Biblia. Saber eso me ayuda a ver las cosas con otros ojos. Siento que mi fe ha crecido muchísimo.
¿Cómo usa el consuelo que le da Jehová para consolar a otros?
Giandomenico: Puedo sentir con mucha intensidad el espíritu santo de Jehová. Eso me ayuda a cuidar de mi familia, a cumplir con mi trabajo y a apoyar a los hermanos que están sufriendo por culpa de la pandemia.
¿Puede decirnos cómo le está ayudando Jehová a consolar a su familia?
Giandomenico: Aunque tengo que trabajar más horas en el hospital, hago todo lo que puedo para que, como familia, no descuidemos las actividades espirituales. He notado cómo eso le da fuerzas a mi esposa. Estamos más unidos. Nuestra adoración en familia también me ayuda a transmitirle calma y seguridad a nuestra hija, Ginevra, que tiene casi tres años. Ella se da cuenta de que algo está pasando y dice cosas como “No quiero que papi vaya a trabajar porque hay un coronavirus”, o “Tengo miedo de que papi no regrese”. Para tranquilizarla, le ponemos las canciones de jw.org. Eso siempre funciona para hacerla sonreír.
¿Puede hablarnos de algún compañero de trabajo al que haya podido consolar?
Giandomenico: Sí, hay un colega en mi departamento que empezó a estudiar la Biblia hace poco. Lo conocí hace unos años en el hospital donde trabajaba antes, y allí tuvimos algunas conversaciones sobre la Biblia. Resulta que empezó a estudiar y justo después llegó la pandemia, pero él decidió continuar con el curso. Le estoy dando las clases por videoconferencia, y hay semanas que estudiamos hasta dos veces. Me confesó algo que me llegó al corazón. Dijo: “El curso de la Biblia me está ayudando a poner mi vida en orden. Me siento en paz. Estoy descubriendo la respuesta a muchas preguntas como ‘¿Por qué estamos aquí?’ o ‘¿Por qué hay pandemias como esta?’. La fe que va creciendo en mí me da estabilidad y esperanza”.
¿Qué ha hecho para consolar a los hermanos de su congregación?
Giandomenico: Tristemente, una hermana de mi congregación [Daniela Sgreva] dio positivo por coronavirus y había que llevarla al hospital. Llamé a dos hermanos que tienen una ambulancia para que nos ayudaran a trasladarla. Ellos recorrieron más de 50 kilómetros (31 millas) para ir a buscar a la hermana. ¡Qué contenta se puso al verlos! Cuando llegó al hospital en esas terribles circunstancias, nosotros ya la estábamos esperando en la sala de urgencias. ¡Qué alivio sintió! Para ella fue un consuelo ver que estaba rodeada de hermanos y que, como éramos personal médico, podíamos estar cerca de ella. También le dio muchas fuerzas sentir el cariño y el apoyo de todos los demás hermanos. Muy agradecida, dijo: “Yo ya sabía que Jehová está pendiente de nosotros..., ¡pero esta vez me dejó con la boca abierta!”.
Cada día confío más y más en Jehová, en que él me da las fuerzas. Cuando voy y vengo del trabajo en mi auto, escucho las canciones del Broadcasting, y eso me recarga las pilas espirituales y emocionales. Entonces le doy gracias a Jehová por ayudarme tanto. Y, mientras escucho la canción Jehová jamás nos fallará, me digo a mí mismo: “Jehová jamás me fallará. Me sostendrá, me defenderá, rendirme no es opción”.