Tras el paso del huracán Odile, que azotó la costa del estado mexicano Baja California Sur el lunes 15 de septiembre de 2014, los testigos de Jehová de la zona suministraron alimentos, agua y medicamentos a los miembros de su comunidad afectados por la tormenta. Ningún testigo de Jehová murió o resultó herido por causa de esta tormenta, considerada la más destructiva que ha azotado esta península desde 1967. No obstante, muchas viviendas de Testigos sí se vieron afectadas. El huracán destruyó totalmente 82 de ellas y causó graves daños en otras 85. Como consecuencia, se tuvo que desalojar a 125 familias. Todas ellas se refugiaron en casas de otros Testigos. Cuatro días antes de la llegada del huracán, los comités de socorro de Testigos voluntarios enviaron cartas a las congregaciones de la zona para informarles de cómo debían prepararse para la tormenta. Además, los ancianos responsables de las congregaciones locales se encargaron de alojar en los hogares de otros Testigos a los que vivían en casas muy vulnerables. Por su parte, la sucursal de los testigos de Jehová de México envió 20 toneladas de provisiones a la zona del desastre.

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