El lunes 14 de noviembre de 2016, justo después de medianoche, un terremoto de magnitud 7,8 sacudió la isla del Sur (Nueva Zelanda). Desde entonces ha habido cientos de réplicas —algunas de ellas de 6 grados de magnitud o más— que han derrumbado edificios, han deshabilitado la red eléctrica y los sistemas de telecomunicaciones y han dañado carreteras, vías de tren, el sistema de suministro de agua y el de alcantarillado. Hasta ahora se ha informado la muerte de dos personas.

La sucursal de los testigos de Jehová en Australia y los ancianos de las congregaciones de la zona afectada informaron que ningún Testigo murió ni resultó herido en el terremoto. Los Testigos formaron un comité de socorro en la ciudad de Christchurch, que está a 91 kilómetros (57 millas) al suroeste del epicentro. Aunque las casas de los Testigos y sus lugares de culto no sufrieron daños mayores, el comité de socorro está esforzándose por satisfacer las necesidades inmediatas de los afectados y por ofrecerles la ayuda espiritual que necesitan.

El Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová se mantiene muy al tanto de la situación desde la central mundial, en Nueva York. Según sea necesario, autorizará al comité de socorro que utilice parte del dinero donado al fondo para la obra ministerial que realizan los Testigos por todo el mundo.

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