El 28 de agosto de 2013, dos testigos de Jehová protagonizaron la primera boda oficial celebrada en la República Dominicana por una religión no católica. Desde 1954, debido a un concordato entre la República Dominicana y el Vaticano, solo se consideraban válidas las bodas realizadas por la Iglesia Católica o por el Registro Civil. Como resultado, los testigos de Jehová no podían oficiar bodas, y los integrantes de dicha religión debían casarse por lo civil. Sin embargo, una reciente reforma de la Constitución ha hecho posible que las bodas realizadas por otras religiones, incluidas las de los testigos de Jehová, tengan validez legal.

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