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De izquierda a derecha: Alexánder Akópov, Konstantín Samsónov y Shamil Sultánov.

2 DE JUNIO DE 2021
RUSIA

ACTUALIZACIÓN DEL CASO | En medio de las pruebas, Alexánder Akópov, Konstantín Samsónov y Shamil Sultánov confían en Jehová

ACTUALIZACIÓN DEL CASO | En medio de las pruebas, Alexánder Akópov, Konstantín Samsónov y Shamil Sultánov confían en Jehová

El 5 de agosto de 2022, el Tribunal Territorial de Stávropol anunció su decisión respecto a la apelación presentada por Alexánder Akópov, Konstantín Samsónov y Shamil Sultánov. La multa que se les impuso tanto a Alexánder como a Shamil se redujo a 250.000 rublos (4.077 dólares), que deberán pagarse ya. La condena de prisión de Konstantín fue reemplazada con una multa de 400.000 rublos (6.524 dólares), y será liberado inmediatamente.

El 19 de abril de 2022, el Tribunal de Distrito de Neftekumsk, en el territorio de Stávropol, declaró culpables a Alexánder, Konstantín y Shamil. Tanto a Alexánder como a Shamil se les impuso una multa de 500.000 rublos (6.055 dólares), que no tendrán que pagar por el tiempo que estuvieron en prisión preventiva. Konstantín fue sentenciado a siete años y medio de prisión, y fue puesto bajo custodia inmediatamente.

Información personal

Alexánder Akópov

  • Año de nacimiento: 1992 (Neftekumsk).

  • Datos biográficos: Trabaja en la construcción con su padre y su hermano mayor. Le gusta jugar fútbol, básquetbol y tenis. También le gusta pasar tiempo al aire libre y cocinar.

    Se bautizó como testigo de Jehová en el 2007, cuando tenía 14 años.

Konstantín Samsónov

  • Año de nacimiento: 1977 (Neftekumsk).

  • Datos biográficos: Cuando era joven, le gustaba el ajedrez y la tecnología. Ahora trabaja como ingeniero de sistemas en un hospital. Él y Svetlana, su esposa, empezaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová en 1998, y se bautizaron en el 2000. Tienen un hijo.

Shamil Sultánov

  • Año de nacimiento: 1977 (Majmud-Mekteb, territorio de Stávropol).

  • Datos biográficos: Trabaja en el mantenimiento de edificios. Empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová hacia el año 2000, y se bautizó en el 2003. Se casó con Elena en el 2004, y la ayudó a criar a un hijo de un matrimonio anterior.

Información sobre el caso

El sábado 26 de agosto de 2017, agentes armados de la policía rodearon a 18 testigos de Jehová que estaban de vacaciones en un lago cerca de Neftekumsk. Se llevaron a todo el grupo en autobús a la estación de policía y allí los interrogaron durante tres horas. En el grupo había niños y ancianos. Después, se puso bajo vigilancia a muchos Testigos de Neftekumsk y se registraron sus hogares. Alexánder, Konstantín y Shamil fueron detenidos y pasaron casi un año en prisión preventiva.

Alexánder reconoce que le daba miedo que lo metieran a la cárcel, porque sufre de ansiedad y tiene problemas de salud. Le suplicó a Jehová que lo ayudara a ser fuerte mental y emocionalmente para soportar la cárcel. Él recuerda: “Hubo momentos en los que le dije a Jehová que ya no podía más. Me parece imposible que haya podido aguantar casi un año en el centro de detención”. Jehová contestó sus oraciones ayudándolo a recordar versículos de la Biblia cuando no tenía una a mano. Escribía todos los versículos que recordaba. Cada mañana repasaba uno y pensaba en cómo podía ayudarlo en sus circunstancias. Eso hizo que viera las cosas desde el punto de vista de Jehová.

En el caso de Konstantín, todas las cartas que le escribió su esposa le dieron valor y lo mantuvieron a flote. Él recuerda que, en una de las cartas, su esposa le dijo que viera las pruebas como aventuras. “Eso me causó gracia —dice Konstantín—, pero la verdad es que así las cosas se me hicieron un poco más fáciles”.

Shamil dice que los primeros meses en el centro de detención fueron los más difíciles. Él cuenta: “Poco a poco las cosas mejoraron, y eso me demostró que no estaba solo”. Durante ese tiempo, aprendió a confiar en Jehová y a no preocuparse demasiado por las pruebas que pudieran llegar más adelante.

Nuestros tres hermanos tienen restricciones para viajar y no pueden usar ni el teléfono ni internet. Por culpa de esas limitaciones, a Alexánder le cuesta mucho trabajo conseguir la atención médica que necesita y a Konstantín se le hace difícil cumplir con su trabajo de programador. A pesar de todo, ellos están decididos a ser fieles a Dios.

No hay duda de que Jehová continuará bendiciendo a estos hermanos que siguen confiando en él (Salmo 20:7).