Yuri Beloslúdtsev

• Año de nacimiento: 1964 (Smidóvich, Región Autónoma Hebrea).

• Datos biográficos: Creció con su abuela en un pequeño pueblo. Trabajó como ingeniero en una compañía eléctrica. Le gusta pescar y esquiar.

  Se casó con Yelena en 1985. A los dos les impresionó mucho aprender que Dios promete acabar con la maldad y el sufrimiento. También les impactó ver cómo se han cumplido las profecías de la Biblia. Todo eso los motivó a aceptar un curso de la Biblia. Se bautizaron como testigos de Jehová en 1994.

Serguéi Sérguev

• Año de nacimiento: 1955 (Dujovnítskoye, región de Sarátov).

• Datos biográficos: Trabajó en una mina de carbón hasta que se jubiló. Se casó con Neli en 1991, y tienen dos hijas y un hijo. A Serguéi y a Neli les encantan los perros.

  Empezaron a estudiar la Biblia poco después de casarse. Les impresionó lo exactas que eran las profecías de la Biblia y los consejos tan buenos que daba. Se bautizaron como testigos de Jehová en 1996.

El 17 de marzo de 2019, agentes del Servicio Federal de Seguridad registraron muchas casas de Testigos en Luchegorsk (territorio de Primorie). Algunos de nuestros hermanos fueron interrogados hasta por siete horas. Yuri y Serguéi fueron detenidos.

Dos días después, los llevaron a un centro de prisión preventiva, donde permanecieron durante más de seis meses. Salieron en septiembre de 2019 y estuvieron bajo arresto domiciliario por casi cinco meses.

Los dos saben que la oración fue algo muy importante para aguantar las malas condiciones que había en el centro de detención. Serguéi dice que la Biblia también lo ayudó a tener una actitud positiva. Él cuenta: “Recordaba las palabras de Juan 15:20, donde Jesús dijo: ‘Si ellos me han perseguido a mí, también los perseguirán a ustedes’. Entonces pensaba: ‘¡Guau!, todo lo que nos está pasando a nosotros les pasó a Jesucristo, a sus discípulos y a los apóstoles. Parece que Jehová quiere que yo dé un buen testimonio mientras estoy aquí’. Pensar en cosas como esas y ver que Jehová contestaba mis oraciones me ayudaba a mantener la calma y a no perder la alegría”.

Yuri cuenta que no siempre se le hizo fácil leer la Biblia a diario, pero otro Testigo lo ayudó a mejorar. Después, cuando le tocó estar en el centro de detención, se dio cuenta de cuánto le estaba ayudando haber tenido esa buena costumbre. Dice: “Pensaba en los buenos ejemplos que había leído antes en la Biblia y en nuestras publicaciones. Eso me daba fuerzas y me ayudaba a sentirme feliz y a no preocuparme demasiado”.

Con total confianza, le pedimos a Jehová que siga siendo un refugio para nuestros hermanos y hermanas de Rusia. Sabemos que les seguirá dando fuerzas en estos “tiempos de angustia” (Salmo 46:1).