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Alexánder y Elena Bondarchuk (izquierda), y Serguéi y Tatiana Yávushkin (derecha).

2 DE ABRIL DE 2021
RUSIA

Alexánder Bondarchuk y Serguéi Yávushkin, a la espera de una sentencia después de varios meses de arresto domiciliario

Alexánder Bondarchuk y Serguéi Yávushkin, a la espera de una sentencia después de varios meses de arresto domiciliario

ACTUALIZACIÓN DEL CASO | Un tribunal ruso rechaza la apelación

El 16 de febrero de 2022, el Tribunal Regional de Kémerovo rechazó la apelación de Alexánder Bondarchuk y Serguéi Yávushkin. Por el momento, nuestros hermanos seguirán en libertad condicional.

El 22 de junio de 2021, el Tribunal de Distrito de Zavodski de Kémerovo declaró culpables a Alexánder y a Serguéi y les impuso una condena de cuatro años de cárcel que de momento queda suspendida. Por ahora, nuestros hermanos estarán en libertad condicional.

Información personal

Alexánder Bondarchuk

  • Año de nacimiento: 1974 (Topki, región de Kémerovo).

  • Datos biográficos: Tenía 19 años cuando murió su padre. Fue a una escuela para aprender a manejar maquinaria pesada. Después aprendió carpintería. Ahora se dedica a reparar hornos de fundición. Le gusta esquiar, pescar, andar en bicicleta y salir a correr.

  • En 1992 se casó con Elena. Fue ella la que empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Seguir los consejos de la Biblia les ayudó a salvar su matrimonio. Tienen dos hijos.

Serguéi Yávushkin

  • Año de nacimiento: 1960 (Rubtsovsk, territorio de Altái).

  • Datos biográficos: Trabajó de soldador durante muchos años. Ahora trabaja de cerrajero. Desde joven le gusta el deporte y tocar la guitarra.

  • En 1990 se casó con Tatiana. Poco después empezaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Les impresionó mucho que, a pesar de ser un libro muy antiguo, la Biblia siga siendo tan práctica en nuestro tiempo. Tienen un hijo y una hija.

Información sobre el caso

A las 6 de la mañana del 22 de julio de 2019, agentes de la policía entraron a la fuerza en los hogares de Alexánder Bondarchuk y Serguéi Yávushkin. La policía ya había irrumpido en sus casas en una ocasión anterior, pero esta vez a ellos los arrestaron y a sus esposas las interrogaron. También les confiscaron sus dispositivos electrónicos.

Alexánder y Serguéi estuvieron detenidos dos días. Después, el Tribunal de Distrito Central de Kémerovo los puso bajo arresto domiciliario durante dos meses. Se les ha extendido el arresto hasta en seis ocasiones.

Mientras dure el arresto domiciliario, nuestros dos hermanos no pueden alejarse de sus casas más de 300 metros (984 pies), lo que significa que no pueden ir a trabajar. Sin embargo, antes de que se les procesara, los dos tenían una muy buena reputación en la comunidad y sus jefes los valoraban mucho. Por eso, sus jefes llamaron al investigador encargado del caso y solicitaron que se hicieran algunas excepciones a las restricciones que les habían puesto para viajar, pero esas solicitudes fueron rechazadas.

Alexánder y su familia han visto cómo Jehová los ha ayudado una y otra vez. Como él no puede trabajar y sus cuentas bancarias están congeladas, están teniendo muchos problemas económicos. A pesar de todo, Alexánder dice: “Gracias a este juicio, he aprendido a dejar las cosas en manos de Jehová y a confiar en él todavía más. Me da la impresión de que antes no me daba cuenta de las ocasiones en las que Jehová me ayudaba, pero ahora lo veo ayudándome todo el tiempo, cada hora, cada día. Nunca me deja, ni a mí ni a mi familia. Sigue ayudándonos y queriéndonos”.

El proceso judicial le provocó mucho mucho estrés a Serguéi, que terminó sufriendo un derrame cerebral. A pesar de estar delicado de salud, sigue teniendo mucho ánimo. Él dice: “Necesitamos ver los problemas temporales que nos afectan hoy como algo pequeño, aunque a veces no sea fácil aguantar todo lo que nos pasa”.

Serguéi saca fuerzas de las palabras de 1 Corintios 15:58, donde dice que nuestro “trabajo relacionado con el Señor no es en vano”. Él dice: “Jehová lo recuerda todo, y él nunca olvidará nuestras buenas obras”.

Le oramos a Jehová por nuestros hermanos de Rusia, que están aguantando con paciencia estos años de persecución. Deseamos que sigan recibiendo el consuelo y la fuerza que da la Palabra de Dios, que dice: “Jehová se complace en quienes le temen, en quienes esperan su amor leal” (Salmo 147:11).