El 10 de febrero de 2021, el Tribunal de Distrito de Abinsk, en el territorio de Krasnodar (Rusia), sentenció a Alexánder Ivshin, de 63 años, a siete años y medio de prisión. Esta es la sentencia más dura que las autoridades rusas han impuesto a un testigo de Jehová desde que se prohibió su organización en el 2017.

Las autoridades abrieron un caso contra Alexánder el 23 de abril de 2020. Se le acusó del “delito” de organizar servicios religiosos por videoconferencia y cantar canciones religiosas. En su última declaración ante el tribunal, explicó detalladamente la base bíblica de sus creencias. Y dijo: “Quiero que este honorable tribunal sepa que rijo mi vida por los principios de la Biblia, que de ninguna manera apoyan el extremismo ni el odio”.