Hace ya tres años que Dennis Christensen fue encarcelado injustamente en Rusia. Desde su arresto, el 25 de mayo de 2017, algunos de sus amigos le han preguntado sobre el efecto que esta situación ha tenido en su fe. Su respuesta sigue siendo la misma: “Mi fe se ha hecho mucho más fuerte”.

Dennis cuenta: “He sentido en carne propia lo que dice la Biblia en Santiago 1:2, 3. Allí dice: ‘Hermanos míos, cuando se encuentren con diversas pruebas, considérenlo un motivo de felicidad absoluta, porque saben que su fe de calidad probada produce aguante’”.

A pesar de que la situación se ha complicado y de que las cosas no siempre han salido como él esperaba, Dennis se siente feliz y su fe se ha hecho más fuerte.

Inmediatamente después de su arresto, Dennis fue puesto en prisión preventiva en un centro de detención de la ciudad de Oriol, no muy lejos de su casa. Con el tiempo, se le permitió a Irina, su esposa, visitarlo. Dennis permaneció en prisión preventiva poco más de dos años y, en febrero de 2019, recibió una sentencia de seis años de cárcel. Tres meses más tarde, su apelación fue denegada. Entonces, fue transferido a una prisión a unos 200 kilómetros (124 millas) de Oriol, lo que significaba que ahora estaría más lejos de Irina.

Desde hace casi un año, Dennis ya reúne los requisitos para solicitar la libertad anticipada. De las cuatro solicitudes que ha enviado, tres ya han sido denegadas. A pesar de lo frustrante de la situación, Dennis sigue entero, inalterable.

Dennis admite con humildad: “Irina y yo no somos perfectos, pero hemos aprendido a seguir adelante y a no perder la alegría. Y lo más importante es que esto nos ha acercado más a nuestro Dios, a nuestro Padre, Jehová”.

Le oramos a Jehová de todo corazón y le pedimos que siga ayudando a todos nuestros hermanos en Rusia a no perder la alegría a pesar de la persecución (Mateo 5:11, 12).