El Tribunal de Distrito Central de Cheliabinsk declaró culpable a Dimitri Vinográdov y le impuso una condena condicional —es decir, una condena con suspensión de la pena— de dos años.

Dimitri Vinográdov

• Año de nacimiento: 1963 (Cheliabinsk).

• Datos biográficos: Se crio con su madre después del divorcio de sus padres. Le gustaba mucho jugar ajedrez. Al final, su hobby se convirtió en su profesión y llegó a ser maestro de ajedrez. Da clases de ajedrez en una escuela privada. Se casó con Yanargul en 1990. Tienen cuatro hijos; las dos menores siguen viviendo en casa.

  Se preguntaba por qué las personas inteligentes contaminan el planeta y les hacen daño a otros. En la Biblia encontró las respuestas que buscaba. Se hizo testigo de Jehová en el 2014.

A finales del 2018, agentes encubiertos del Gobierno fingieron tener interés en la Biblia para hacer que Dimitri les predicara. En enero del 2020, las autoridades dijeron que tenían suficientes pruebas, según ellos, para abrir un proceso judicial contra él. Dos meses después, la policía entró en su hogar para realizar un registro mientras Dimitri no estaba presente.

Dimitri tiene hipertensión y problemas con la vista. Pero él dice: “Mi amistad con Dios no depende de mis problemas de salud, por eso me siento feliz y orgulloso de presentarme ante un tribunal para hablar de Dios”.

Dimitri y su familia tienen la buena costumbre de leer la Biblia y meditar en lo que aprenden. También se preparan para las reuniones, asisten a ellas y ofrecen sus comentarios. A lo largo de los años, estos buenos hábitos han ayudado a la familia a estar más unida, a sentirse más cerca de Jehová y a estar mejor preparados para aguantar la persecución. Él cuenta: “Una de las cosas que más nos ayuda es que los hermanos oren por nosotros. Como Jehová los considera justos, él los escucha e inunda de bendiciones a nuestra familia”.

Aprendemos mucho de nuestros hermanos fieles, hombres y mujeres valientes que están aguantando la persecución con alegría. Cuando pensamos en ellos, recordamos las palabras de 2 Tesalonicenses 1:4: “Nosotros mismos hablamos con orgullo de ustedes en las congregaciones de Dios debido al aguante y la fe que demuestran en medio de toda la persecución y las dificultades que están soportando”.