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De izquierda a derecha: Yulia Miretskaia, Elvira Gridásova, Yevguenia Lagunova, Tatiana Budenchuk y Nadeshda Guerman afuera de la prisión de Oremburgo en febrero de 2020.

23 DE JUNIO 2021
RUSIA

Esposas de testigos de Jehová presos en Rusia afrontan los desafíos con plena confianza en Dios

Esposas de testigos de Jehová presos en Rusia afrontan los desafíos con plena confianza en Dios

En Rusia, hay Testigos presos por sus creencias que están casados, y algunos de ellos tienen hijos. Los problemas a los que ellos se enfrentan no se limitan al interior de una cárcel. Y es que sus esposas y sus hijos también tienen que pasar la angustia de estar separados mientras luchan con los desafíos del día a día. Las esposas de 10 Testigos presos enviaron una carta abierta a las autoridades de Rusia en la que expresaban sus sentimientos de forma muy conmovedora. La carta dice: “Esta carta abierta es un grito de desesperación. Los hombres a los que queremos tanto [...] fueron puestos tras las rejas por ser sospechosos de leer los mandamientos de la Biblia y orarle a Dios junto con nosotras, nuestros hijos y nuestros amigos”.

Varias de nuestras queridas hermanas cuentan los desafíos particulares a los que se tienen que enfrentar y cómo Jehová las está ayudando mientras sus esposos están presos.

El reto de comunicarse con ellos y de visitarlos

Muchas hermanas no pueden comunicarse por teléfono con sus esposos por problemas técnicos. Además, las cartas que les mandan a la cárcel tardan muchísimo tiempo en llegarles... si es que les llegan.

Yevguenia Lagunova está casada con Félix Majamadíyev, que pasó más de dos años en la cárcel. En ocasiones, Yevguenia no recibía noticias de su esposo por largos periodos de tiempo. Ella dice que se le hizo muy muy duro no saber si él estaba bien físicamente. También le angustiaba que, si Félix no estaba recibiendo sus cartas, pensara que ella ya no se preocupaba por él.

Muchas de estas mujeres tienen que viajar largas distancias para ver a sus esposos (vea el gráfico “Distancias a las que viajan para ver a sus esposos”). Por ejemplo, Yevguenia cuenta: “Recorría más de 800 kilómetros (497 millas) en auto para ir a la cárcel a ver a mi esposo”. En promedio, el viaje de ida y vuelta le tomaba tres o cuatro días. Otras hermanas conducen hasta 1.000 kilómetros (621 millas) y, al llegar a la prisión, muchas veces tienen que hacer largas filas para entrar.

Irina está casada con Dennis Christensen, que fue el primer Testigo encarcelado en Rusia después de la prohibición del 2017. Para visitar a Dennis en la prisión de Lgov, con frecuencia ella tiene que viajar 200 kilómetros (124 millas) desde su casa en Oriol. Irina dice: “Es muy agotador ir a la prisión, tanto física como emocionalmente. Tengo que salir a las tres y media de la mañana para poder llegar a las ocho a presentar la documentación que me piden. Luego tengo que esperar en el auto hasta las once de la mañana, que es cuando empiezan las visitas”. Al preguntarle a Irina cómo sobrelleva la situación, ella dijo: “Le oro mucho a Jehová, y le pido que me ayude a mí y a mis hermanos: los que están cerca, los que están en prisión y a todos mis hermanos por todo el mundo”.

El reto de enfrentarse a la soledad

Nadeshda, la esposa de Guenadi Guerman, ha estado separada de él por más de dos años. Ella, igual que otras esposas que están en su situación, tiene que luchar contra la soledad por estar lejos de su esposo. Con todo y eso, Nadeshda reconoce: “Ahora más que nunca, mi congregación es como mi familia. Es evidente que nos quieren de verdad y que se preocupan por mi esposo y por mí”.

Yulia está casada con Alexéi Miretski, que está en prisión con Guenadi. Ella dice: “Los hermanos y las hermanas me ayudan con las tareas de la casa. Es un alivio saber que puedo confiar en los amigos y contar con su ayuda”.

El reto de educar a los hijos

Tatiana está casada con Alexéi Budenchuk, que lleva en prisión desde septiembre de 2019. Ella, que está educando a sus dos hijos sin su esposo, cuenta: “Los niños tratan de pensar en todas las cosas buenas que Jehová nos da y saben que siempre nos ayuda. Están convencidos de que esta prueba es temporal y de que ahora es el momento de demostrar fe y lealtad a Jehová”.

Natalia está casada con Serguéi Filatov, que en marzo de 2020 fue condenado a seis años de cárcel. Ahora ella está educando sola a sus cuatro hijos. Al hablar de ellos, Natalia dice: “Veo que extrañan a su papá y están preocupados de que él esté bien. Hablan de eso en sus oraciones. Mi niña más pequeña le escribe cartas a su papá y le asegura que estamos bien, que no tiene de qué preocuparse. Pero será mejor cuando esté con nosotros en la casa”.

La familia se esfuerza en seguir los consejos de la Biblia de llevar una vida sencilla. “Hemos aprendido a vivir con lo que tenemos y a gastar solo lo necesario —cuenta Natalia—. Tenemos lo suficiente para cubrir nuestros gastos y otras cosas necesarias”.

El reto de mantener una fe fuerte

A pesar de todos estos desafíos, nuestras hermanas mantienen su fe fuerte gracias a que están muy ocupadas en sus actividades espirituales. Yulia explica: “Me esfuerzo por mantenerme al día. Es como si tuviera que estudiar por dos, porque cuando hablo con Alexéi trato de recordar las ideas principales para poder compartirlas con él”. Nadeshda asegura: “Con la ayuda de Jehová, no hay problema que no pueda resolverse. Mi amistad con Jehová es muy fuerte, Siento como si mi Padre todopoderoso me estuviera abrazando, como una niña en los brazos de su padre. Y otra cosa que también me sirve es ayudar a los demás”.

Natalia dice algo parecido: “Me acuerdo de lo que dijo una hermana: ‘No hay nadie en el pueblo de Jehová que no necesite ánimo; pero tampoco hay nadie en el pueblo de Jehová que no sea capaz de animar a los demás’. Y la verdad es que me siento muy bien cuando puedo animar o consolar a alguien. Aunque estar sin mi esposo es muy duro física y emocionalmente, trato de no sentir lástima de mí misma ni de deprimirme. ¡No voy a darle a Satanás el gusto de desanimarme!”.

Los hermanos de todo el mundo valoran muchísimo la lealtad y el aguante de las familias de los Testigos presos en Rusia y en otros países. Para Jehová, todos estos queridos hermanos son muy valiosos (Isaías 43:4a).