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El 21 de enero de 2021, Félix Majamadíyev se reencuentra con Yevguenia, su esposa, en una estación de tren de Uzbekistán; acababa de ser liberado de una prisión rusa.

21 DE ENERO DE 2021
RUSIA

Félix Majamadíyev es liberado en Rusia y deportado a Uzbekistán

Félix Majamadíyev es liberado en Rusia y deportado a Uzbekistán

El 31 de diciembre de 2020, las autoridades rusas liberaron a Félix Majamadíyev. El Tribunal de Distrito de Beliaevka, de la región de Oremburgo, ordenó que nuestro hermano fuera trasladado a un centro de deportación hasta que tuviera los documentos necesarios para ser deportado a Uzbekistán, su país de origen. Lo llevaron a ese centro porque en abril de 2020 las autoridades rusas habían anulado su ciudadanía. El 20 de enero de 2021, subieron a Félix en un tren con destino a Uzbekistán. Nos alegra informar que llegó sano y salvo al día siguiente. Yevguenia, su esposa, viajó dos días antes y estaba esperándolo cuando llegó.

Félix vivió en Rusia unos 18 años. Su madre y él vivían en Uzbekistán, pero en el 2002, cuando era adolescente, se fueron a vivir a Sarátov (Rusia). Se bautizó en el 2004, a los 19 años, y en el 2011 se casó con Yevguenia.

El 12 de junio de 2018, agentes encapuchados y armados del Servicio Federal de Seguridad y la policía local registraron el hogar de Félix y Yevguenia. Arrestaron a Félix, que pasó casi un año en prisión preventiva. Orar constantemente lo ayudó a mantenerse fuerte. Él cuenta: “Le oraba cada día a Jehová..., le pedía que me diera la paz y el ánimo que necesitaba para ese día”.

Félix Majamadíyev, unas dos semanas después de ser golpeado brutalmente por los guardias de la prisión.

El 19 de septiembre de 2019, Félix y otros cinco testigos de Jehová fueron declarados culpables y sentenciados a penas de prisión. Después de perder la apelación, Félix y otros cuatro de ellos fueron enviados lejos de sus familias a una cárcel de Oremburgo, que está a más de 800 kilómetros (500 millas) de Sarátov, la ciudad donde vivían. Cuando llegaron a la prisión, recibieron una paliza brutal.

A pesar de todo, Félix nunca perdió ni la alegría ni la sonrisa que lo caracteriza. Yevguenia dice: “¡Estoy tan orgullosa de él! Se enfrentó al juicio con mucha dignidad. Y lo veo tranquilo..., es tan valiente. Incluso me ayuda a mí a aguantar”.

Aunque las autoridades rusas intentaron por todos los medios hacerle daño a Félix y acabar con su fe, él dice que todo este juicio tan largo en realidad solo ha conseguido que su lealtad a Jehová sea más fuerte que nunca. Eso nos recuerda lo que dice Génesis 50:20. Allí José les dijo a sus hermanos: “Aunque ustedes quisieron hacerme daño, Dios se valió de eso para hacer un bien”.