El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU publicó un informe de 12 páginas en el que se condena a Rusia por la detención ilegal del hermano Vladímir Alushkin. En este informe se le pide a Rusia que libere al hermano Alushkin y lo indemnice por violar sus derechos.

El hermano Alushkin fue arrestado el 15 de julio de 2018, después de que un numeroso grupo de policías enmascarados y armados con fusiles de asalto irrumpiera en su hogar. Los agentes registraron su apartamento por casi cuatro horas y confiscaron teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos, así como biblias y otras publicaciones. Luego se llevaron al hermano Alushkin a la comisaría para interrogarlo.

Las autoridades locales retuvieron al hermano Alushkin en un centro de detención temporal durante dos días, hasta que el Tribunal del Distrito Pervomaiski de Penza ordenó que fuera enviado a un centro de prisión preventiva por dos meses. Posteriormente, el tribunal prolongó dos veces la estancia en prisión del hermano Alushkin. Después de pasar casi seis meses en esta prisión, fue puesto bajo arresto domiciliario. Y esta es su situación hasta el día de hoy.

El hermano Alushkin presentó su caso al Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU para que lo ayudaran a conseguir su absolución y liberación. Este grupo independiente de expertos en derechos humanos —supervisado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU— atiende denuncias de particulares por detenciones policiales ilegales o por penas de arresto domiciliario, prisión preventiva o encarcelamiento impuestas por los tribunales.

Tras analizar cuidadosamente la acusación de Rusia contra el hermano Alushkin por participación en actividades extremistas, el Grupo de Trabajo llegó a esta conclusión: “Todas las actividades en las que participó el señor Alushkin eran conversaciones religiosas totalmente pacíficas. Para el Grupo de Trabajo es evidente que el señor Alushkin simplemente ejerció su derecho a la libertad de religión, que se recoge en el artículo 18 del Pacto [Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que Rusia es parte firmante]”. Por lo tanto, en el informe se declara que “el Grupo de Trabajo desea enfatizar que el señor Alushkin no tendría que haber sido detenido ni puesto en prisión preventiva y que el señor Alushkin no debería ser llevado a juicio”. Además, el Grupo de Trabajo le ha solicitado al gobierno ruso que “solucione sin demora la situación del señor Alushkin”, e insiste en que “la solución correcta sería poner en libertad de inmediato al señor Alushkin”.

Por otro lado, el Grupo de Trabajo indicó que este no es un caso aislado en Rusia. En realidad, el caso del hermano Alushkin es “solo uno del creciente número de casos de testigos de Jehová en la Federación de Rusia que están siendo detenidos, arrestados y acusados de un delito simplemente por ejercer su derecho a la libertad de religión”, un derecho garantizado por las leyes internacionales. El Grupo de Trabajo fue un paso más allá con la intención de condenar la persecución generalizada de nuestros hermanos en Rusia. Declaró explícitamente que su informe no solo es válido para el caso del hermano Alushkin, sino también para los de todos los testigos de Jehová que están “en situaciones parecidas a la del señor Alushkin”.

De momento, el gobierno ruso no ha seguido las recomendaciones del Grupo de Trabajo. Todo lo contrario; las autoridades de Penza llevaron a juicio al hermano Alushkin en agosto de 2019. Y las siguientes audiencias están programadas para los días 15, 19 y 22 de noviembre de 2019.

Esperamos que, cuando el tribunal ruso que atiende el caso del hermano Alushkin dicte sentencia, tenga en cuenta el informe del Grupo de Trabajo. Mientras tanto, confiamos por completo en Jehová, como el salmista que escribió estas palabras: “No tendré miedo. [...] Jehová está de mi parte, él es mi ayuda [...]. Es mejor refugiarse en Jehová” (Salmo 118:6-9).