En abril de 2017, Rusia prohibió las actividades de los testigos de Jehová. Desde ese momento, más de 500 de nuestros hermanos y hermanas han sido arrestados y acusados de extremismo. Unos 40 Testigos han sido enviados a la cárcel y otros 15 han sido multados. Por otro lado, a más de 80 Testigos se les ha declarado culpables y han recibido condenas condicionales. Aunque estos hermanos por ahora no tienen que ir a la cárcel, sus sentencias no dejan de ser injustas y de tener consecuencias en su vida diaria.

Según el Código Penal de Rusia, el juez puede imponerle a alguien una condena condicional —es decir, una condena con suspensión de la pena— en vez de enviarlo directamente a prisión. ¿Y esto qué implica? Que, además de la condena, el juez establecerá un periodo de prueba en el que se deben cumplir ciertas condiciones. Si la persona viola alguna de esas condiciones, el tribunal puede obligarla a cumplir la condena de cárcel que se le había impuesto originalmente.

¿Cómo es vivir con una condena condicional? ¿Y cómo está ayudando Jehová a los hermanos y hermanas que se encuentran en esta situación? Veamos lo que nos cuentan algunos Testigos que han recibido condenas de entre dos y seis años. En estas entrevistas veremos algunas de las dificultades a las que se han enfrentado y cómo los está ayudando Jehová.

Esto es tan solo una pequeña muestra de cómo son las vidas de los hermanos que han recibido condenas condicionales. Conocer estos detalles nos anima a orar todavía más por ellos y por sus familias. Sus experiencias son un ejemplo más de que Jehová responde todas esas oraciones y nunca abandona a sus siervos leales cuando se enfrentan a cualquier clase de prueba (2 Corintios 1:3, 4).