El 21 de diciembre de 2020, el Tribunal de Distrito de Léninski, de la ciudad de Rostov del Don, le impuso a nuestro hermano Semión Báibak una condena condicional —es decir, una condena con suspensión de la pena— de tres años y medio de cárcel, por lo que de momento no tendrá que ir a prisión.

Entre las últimas palabras que pronunció Semión unos días antes en el tribunal, incluyó la siguiente cita de un famoso activista ruso que lucha por los derechos humanos: “[A los testigos de Jehová] se les persigue, pero no dejan de sonreír”. Luego Semión añadió: “Y eso es cierto. No hay odio en mi corazón ni estoy triste”. También leyó 2 Corintios 4:8, 9 y mencionó que esas palabras son aplicables a su situación y a la de otros Testigos de Rusia. Allí dice: “Nos oprimen de toda manera posible, pero no nos aprietan hasta el punto de no poder movernos; estamos indecisos, pero no sin salida; nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen”.