Hoy, el Tribunal Regional de Leningrado rechazó nuestra apelación contra la decisión que el Tribunal de la Ciudad de Vyborg tomó en agosto. En ella, se declaró que la versión en ruso de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras era extremista, y se prohibió su uso. Unas treinta personas asistieron a la audiencia, entre las que se encontraban representantes de las embajadas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Países Bajos y Suiza.

En varias ocasiones durante la audiencia, la defensa presentó pruebas contundentes que demostraban la parcialidad y la poca fiabilidad del análisis que un grupo de “expertos” hizo a nuestra traducción por orden del tribunal. En el análisis se afirmó que la Traducción del Nuevo Mundo no es una Biblia, lo que allanó el camino para que se la pudiera declarar extremista.

Los supuestos expertos afirmaron que la Traducción del Nuevo Mundo no es una Biblia porque en ella misma no se dice expresamente que lo sea. Sin embargo, la defensa hizo notar que en la página 5 de la revisión del 2007 de la Traducción del Nuevo Mundo en ruso se puede leer: “Esta es una nueva traducción de la Biblia en ruso”. La defensa criticó el trabajo de los supuestos expertos, ya que, aunque dedicaron 287 días a su análisis, no vieron esta sencilla declaración que se encuentra en el tercer párrafo del prólogo de la traducción.

Como respuesta, uno de los “expertos” volvió a su argumento original y afirmó que la Traducción del Nuevo Mundo no puede considerarse una Biblia si no tiene la “bendición del patriarca” o si no copia palabra por palabra una traducción que sí la tenga. Los “expertos” también mostraron su rechazo a que en nuestra traducción se use el nombre de Dios, Jehová, y dijeron que el texto de la Traducción del Nuevo Mundo no apoya ciertas creencias religiosas. La defensa deseaba que se realizara un análisis imparcial de nuestra traducción, pero el juez rechazó cualquier petición.

Como la apelación ha sido rechazada y se han agotado todas las vías legales en Rusia, nuestros hermanos presentarán el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Los testigos de Jehová de todo el mundo estamos convencidos de que ninguna institución humana logrará eliminar la Palabra de Dios y de que cualquier intento de impedir que su mensaje llegue a más personas acabará fracasando (Isaías 40:8).

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