El 3 de agosto de 2018, la jueza Inna Yangubáyeva del Tribunal del Distrito Leninsk de Oremburgo (Rusia) ordenó que los hermanos Vladímir Kóchnev y Alexandr Suvórov pasaran a arresto domiciliario después de haber estado encarcelados 78 días. Ese mismo día, el Tribunal Regional de Magadán ordenó que el hermano Konstantín Petrov también pasara a arresto domiciliario después de haber estado encarcelado 64 días. Aunque agradecemos que nuestros tres hermanos ya no estén encarcelados, los juicios siguen pendientes y, si son declarados culpables, podrían recibir condenas de hasta 10 años de cárcel.

Para el día 16 de agosto de 2018, había 9 Testigos bajo arresto domiciliario y otros 25 encarcelados por toda Rusia. Otros 30 Testigos, hombres y mujeres, tuvieron que firmar un documento que les prohibía salir de su ciudad sin el permiso de las autoridades locales. Continuamos orando por nuestros hermanos para que puedan hacer frente a estas circunstancias tan difíciles (2 Corintios 1:11).