28 DE NOVIEMBRE DE 2016
RUSIA
TERCERA PARTE (suplemento)
Entrevistas exclusivas: Expertos de varios países desacreditan el análisis que se ha hecho en Rusia para identificar el extremismo
Este es el tercero de una serie de tres artículos.
Las autoridades rusas están intentando prohibir tanto a los testigos de Jehová como su Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, tachándolos de extremistas. Un tribunal le ha pedido al Centro de Estudios Socioculturales Especializados de Moscú que analice a los testigos de Jehová y sus publicaciones.
Mientras ambos casos se reanudan, hemos entrevistado en exclusiva a destacados expertos en religión, política y sociología, así como en historia soviética y postsoviética.
¿Qué opina de la manera en que Rusia consigue expertos para determinar si algo o alguien es extremista?
“En mi opinión, las conclusiones del Centro de Estudios Socioculturales Especializados de Moscú se basan en razones políticas más bien que académicas” (Dr. Gerhard Besier [Alemania], profesor emérito de Estudios Europeos en la Universidad Técnica de Dresde, profesor en la Universidad de Stanford y director del Instituto Sigmund Neumann para la Investigación sobre la Libertad y la Democracia).
“No conozco los nombres de los supuestos expertos a los que el Estado ha pedido que expresen su opinión sobre la organización de los Testigos, pero sé que han sido objeto de críticas por parte de otros especialistas que de veras conocen a los testigos de Jehová de Rusia. Nunca he oído nada sobre el Centro de Estudios Socioculturales Especializados, y el hecho de que en los buscadores de Internet no aparezca información sobre este centro habla por sí solo. A menudo asisto a conferencias de académicos donde se habla de nuevas religiones, incluidos los testigos de Jehová, y participo en ellas. Es costumbre que los asistentes digan cuál es su cargo y a qué institución representan, y nunca he visto a ninguno de estos supuestos expertos. Lo que acredita a un experto es su preparación académica en determinado campo, lo que publica en revistas especializadas y su disposición a exponer y hablar sobre sus ideas en los foros indicados, como en las conferencias de expertos. Estos supuestos especialistas a los que el gobierno ruso consulta han dicho que libros tan inofensivos como Mi libro de historias bíblicas o El hombre más grande de todos los tiempos son publicaciones subversivas. Esto, de por sí, pone en duda su erudición y sus motivos” (Dr. George Chryssides [Reino Unido], exdirector de Estudios Religiosos en la Universidad de Wolverhampton e investigador honorario de Religión Comparada en la Universidad de York St. John y la Universidad de Birmingham).
“Los análisis que se generan dentro del sistema judicial ruso son totalmente ridículos y van en contra del sentido común. De hecho, parece que el sistema anima a los partidarios del gobierno a crear centros especializados. Ninguno de los expertos del Centro de Estudios Socioculturales Especializados, al que se le encargó analizar la Biblia de los Testigos, tiene un título universitario en Estudios Religiosos. Ni siquiera conocen bien las publicaciones de los testigos de Jehová. Además, en sus análisis citan de documentos proporcionados por el Centro Ireneo de Lyon, una organización ortodoxa radical conocida por oponerse a los testigos de Jehová, así como a muchas otras confesiones religiosas” (Dr. Roman Lunkin [Rusia], director del Centro para la Religión y la Sociedad del Instituto Europeo de la Academia Rusa de las Ciencias, en Moscú, y presidente de la Unión de Expertos en Religión y Derecho).
“Casi nunca se consulta a expertos en religión, aunque el caso tenga que ver claramente con la religión. Existe una tradición, que se ha oficializado en ciertos documentos, de que basta con un grado en lingüística o psicología social para realizar un estudio especializado, y, obviamente, esto no es cierto” (Alexander Verkhovsky [Rusia], director del Centro SOVA de Información y Análisis [organización rusa sin fines de lucro con base en Moscú que investiga temas relacionados con el nacionalismo, la xenofobia, la política radical y las relaciones entre las iglesias y el resto de la sociedad]).
“Los ‘expertos’ en materia de religión que ha elegido el gobierno, incluidos los que descalificaron la Biblia de los testigos de Jehová, carecen de experiencia y credibilidad, y sus opiniones sobre asuntos religiosos no tienen fundamento” (Dr. Mark Elliott [Estados Unidos], fundador y director de la revista East-West Church and Ministry Report, Universidad Asbury, Kentucky).
“El gobierno ruso paga a supuestos expertos para que analicen textos u otros documentos. A menudo, esto es lo que sirve de base para las decisiones de los tribunales” (Catherine Cosman [Estados Unidos], analista de las políticas de Europa y los países de la antigua Unión Soviética en la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional).
“Hace tiempo que Rusia se apoya en los estudios de supuestos expertos para etiquetar y perseguir a determinados grupos religiosos. Por ejemplo, en febrero de 2009, el Ministerio de Justicia de Rusia estableció el Consejo de Estudios Religiosos Especializados. A este órgano se le concedió el poder para investigar a organizaciones religiosas y establecer, entre otras cosas, si dichas organizaciones abrazaban ideas extremistas. Su presidente era Aleksandr Dvorkin, quien no tenía ningún título académico en Religión y ya era conocido como el ‘activista ruso “anti-sectas” más destacado’. Muy a menudo, quienes son nombrados para participar en este tipo de consejos, o quienes son elegidos como expertos de la acusación en los procesos judiciales, no tienen la preparación necesaria, ni siquiera la mínima, para estas funciones. Aunque parece ser que recientemente algunos grupos de expertos han dictado ciertas opiniones contrarias a los intereses del Estado, realmente estos grupos solo sirven para dar validez a las acusaciones del gobierno. Sus conclusiones y las de otros grupos parecidos deben tomarse con pinzas” (Robert Blitt [Estados Unidos], profesor de Derecho en la Universidad de Tennessee; también trabajó como especialista en derecho internacional para la Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional).
“En la extensa batalla legal que tuvo lugar en Moscú para conseguir el permiso de inscripción como organización religiosa local, la fiscalía citó estudios de supuestos expertos que habían concluido que los Testigos violaban la ley, eran un peligro para la salud pública y para las familias y fomentaban el odio religioso. Casi siempre se podrá encontrar un ‘experto’ dispuesto a validar los supuestos peligros que presentan los Testigos, incluso cuando esto vaya en contra de toda interpretación razonable de las pruebas disponibles” (Dra. Emily Baran [Estados Unidos], profesora adjunta de Historia de Rusia y Europa Oriental en la Universidad Estatal de Tennessee Central).
“Ya hace veinticinco años que las circunstancias legales, políticas e intelectuales de Rusia no son las mismas que en Ucrania, pero por lo que he escuchado, la opinión experta y objetiva sobre temas teológicos prácticamente no existe en Rusia. Los expertos —por lo general, académicos— no gozan del mismo estatus ni están protegidos por ninguna ley. Se elige como expertos a personas con prejuicios religiosos que suelen favorecer a la Iglesia Ortodoxa. Siendo ortodoxos, no pueden analizar de forma objetiva y neutral ninguna otra forma de adoración. Como consideran que las demás religiones no tienen la verdad, se dejan llevar por sus emociones y las tachan de extremistas, llenos de ‘justa’ indignación y celo por su fe” (Dra. Liudmyla Fylypovych [Ucrania], profesora y directora del Departamento de Historia de las Religiones y Estudios Prácticos del Instituto de Filosofía de la Academia Nacional de Ciencias y vicepresidenta de la Asociación Ucraniana para la Investigación de la Religión).
“Actualmente en Rusia los estudios religiosos especializados los suelen realizar personas que no son especialistas. Además, los expertos no tienen la libertad de exponer sus verdaderas conclusiones, por lo que se podría decir que estos estudios están hechos a medida. Participé en dos juicios en Taganrog y estuve presente como experta en el tribunal de apelaciones de Rostov del Don. Vi con mis propios ojos los videos que se usaron para acusar de extremismo a los testigos de Jehová. En dos ocasiones expliqué detalladamente en el tribunal que lo que se veía en los videos era simplemente un servicio religioso cristiano que no tenía nada de extremista, pero el tribunal no tuvo en cuenta la opinión de los expertos. Es imposible no ver esto como una tendencia clara y sistemática hacia la discriminación religiosa. Mientras esta tendencia continúe, no hay, por supuesto, ninguna garantía de que los fieles dejen de ser tachados de extremistas por sus creencias” (Dra. Ekaterina Elbakyan [Rusia], profesora de Sociología y Gestión de Procesos Sociales en la Academia de Trabajo y Relaciones Sociales de Moscú, miembro de la Asociación Europea para el Estudio de las Religiones y editora en jefe de las versiones en ruso de Westminster Dictionary of Theological Terms, Study of Religion y Encyclopedia of Religions).
“No he participado en ningún caso en el que alguien o algo haya sido declarado extremista. Sin embargo, sí he colaborado en algunos casos en los que se ha usado un procedimiento similar para determinar, por ejemplo, si algún acto ha estado motivado por odio religioso o si ha tenido como objetivo incitar al odio racial. En estos casos, se elige a expertos cuya opinión coincide con la del Estado. A la hora de elegirlos, no se tienen en cuenta ni se consideran factores convincentes la ciencia ni las pruebas. Si el experto ha llevado a cabo algún tipo de ‘estudio’ o investigación, sus conclusiones suelen estar basadas puramente en su opinión y contradicen otros estudios e investigaciones que sí están basados en pruebas” (Melissa Hooper [Estados Unidos], abogada y directora de la Beca de Derecho Internacional Pillar Project de la organización Human Rights First. Fue también la directora regional en Moscú de la Iniciativa para el Estado de Derecho de la Asociación Americana de Abogados).
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