22 DE ABRIL DE 2014
RUSIA
Ciudadanos rusos van a juicio por su fe
En la localidad rusa de Taganrog, 16 testigos de Jehová * han sido procesados judicialmente por reunirse y realizar su ministerio cristiano, pese a que tales actividades no perturban la paz de la comunidad. * Este es el primer juicio de esta clase en la Rusia moderna. Si los declaran culpables, tendrían que pagar una multa de hasta 300.000 rublos (10.000 dólares) o cumplir una sentencia de hasta ocho años en prisión, según sea el caso. Además, a todos se les ha dado la orden de permanecer en Taganrog hasta que el tribunal dicte un fallo.
Las primeras medidas en contra de los testigos de Jehová de Taganrog se tomaron en junio del 2008, cuando el fiscal de la región de Rostov presentó una petición para disolver e ilegalizar la organización religiosa de los testigos de Jehová de esa localidad. El fiscal también afirmó que las publicaciones editadas por los Testigos contienen expresiones extremistas. El tribunal le concedió la solicitud al fiscal, y el 8 de diciembre de 2009, el Tribunal Supremo de la Federación de Rusia apoyó esa decisión.
Tras el fallo del Tribunal Supremo, las autoridades de Taganrog confiscaron el Salón del Reino (o lugar de culto) de los Testigos de la localidad, lo cual los ha obligado a reunirse en hogares particulares. Además, 34 de sus publicaciones fueron añadidas a una lista federal de obras extremistas. Los Testigos han presentado una querella ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y están esperando que se haga justicia.
El gobierno de Taganrog se ha aprovechado de la situación para acosar e intimidar a los Testigos. En el 2011, las autoridades irrumpieron en 19 hogares de familias de Testigos para buscar publicaciones consideradas extremistas. A veces llegaban a las casas a las seis de la mañana, despertando tanto a mayores como a niños, y pasaban allí de ocho a once horas. Confiscaron absolutamente todas las publicaciones religiosas de esas familias y hasta se llevaron artículos personales. También grabaron a escondidas algunos servicios religiosos para saber quiénes asistían a ellos y ver si lograban acusarlos de algo. Lo sucedido en Taganrog desencadenó una campaña de acoso y maltrato promovida por el Estado contra los Testigos de todo el país. *
No obstante, tanto la Constitución rusa como el Convenio Europeo de Derechos Humanos garantizan la libertad de culto. Además, los testigos de Jehová son una religión internacionalmente reconocida, y los altos tribunales de muchos países han confirmado su derecho a la libertad religiosa. A pesar de todo, el gobierno de Taganrog ha tratado a los Testigos como si no merecieran ese derecho.
El juicio no ha terminado, pues en mayo se presentarán los alegatos finales, y entonces el tribunal dictará el fallo. Si se declara culpables a los 16 acusados, la libertad de los más de 800 testigos de Jehová de Taganrog se verá en peligro. Una sentencia desfavorable serviría de precedente para los casos que quedan pendientes contra Testigos de otras partes de Rusia.
Grigory Martynov, un portavoz de los testigos de Jehová de Rusia, señaló: “Las medidas del gobierno que limitan nuestra libertad religiosa no tienen justificación alguna. Los Testigos no suponemos ninguna amenaza contra la seguridad y el bienestar de la Federación de Rusia. Se nos discrimina y acosa por el simple hecho de ser testigos de Jehová”.
^ párr. 2 En la fotografía solo aparecen 10 de los 16 acusados.
^ párr. 2 En el 2012, las autoridades rusas acusaron a los 16 Testigos de violar el artículo 282.2, párrafos 1 y 2, del Código Penal de la Federación de Rusia, delito que se puede castigar con hasta tres años de cárcel. Además, se acusó a cuatro ancianos de congregación de haber violado el artículo 150, párrafo 4, lo cual podría resultar en una sentencia de entre cinco y ocho años en prisión.
^ párr. 5 Desde que se dictó el fallo del Tribunal Supremo —el 8 de diciembre de 2009—, las autoridades han detenido a más de 1.600 Testigos, han declarado extremistas 70 de sus publicaciones, han registrado 171 casas y lugares de culto y han interrumpido u obstaculizado la celebración de 69 servicios religiosos.