El 20 de abril de 2017, a pesar de las denuncias internacionales, el Tribunal Supremo de Rusia decidió prohibir las actividades de los testigos de Jehová en ese país. El juez Yuriy Grigoryevich Ivanenko del Tribunal Supremo falló a favor de la denuncia presentada por el Ministerio de Justicia para “disolver la organización religiosa registrada con el nombre de Centro Administrativo de los Testigos de Jehová en Rusia y las entidades religiosas locales que forman parte de su estructura [y] entregarle a la Federación de Rusia todas las propiedades de la organización religiosa disuelta”.

El juez Ivanenko añadió que esta decisión, que entraría en vigor de forma inmediata, pone fin a las actividades de todas las entidades legales de los testigos de Jehová en Rusia. Aunque los testigos de Jehová han apelado la decisión ante la sala de apelaciones del Tribunal Supremo, el fallo, en la práctica, ha prohibido su obra.

Vasiliy Kalin, que a los cuatro años fue deportado a Siberia con sus padres por ser testigos de Jehová, comenta: “Desde el momento en que se pronunció la decisión, la vida de los testigos de Jehová de Rusia y de sus familias ha cambiado drásticamente. Ahora están expuestos a procesos penales y pudieran ser encarcelados simplemente por practicar su fe”.

Philip Brumley, asesor jurídico de los testigos de Jehová, dijo: “La decisión de hoy nos ha decepcionado mucho. Si se hubieran revisado de forma objetiva los informes y las pruebas, se hubiera llegado a la única conclusión legítima: que el Centro Administrativo nunca ha participado en actividades extremistas. Vamos a apelar esta decisión”.