Del 29 de enero al 11 de marzo de 2024, más de 11.000 Testigos de toda Sudáfrica participaron en una campaña especial para llevar el mensaje de la Biblia a las personas de habla xhosa de la provincia del Cabo Oriental. En esta provincia viven unos siete millones de personas, y la mayoría hablan xhosa. Gracias a esta campaña, más de 2.700 personas solicitaron un curso bíblico.

Durante la campaña, dos hermanas hablaron con una mujer que, con lágrimas en los ojos, les contó que dos semanas antes había perdido a su hermano en un accidente de tránsito. Nuestras hermanas la consolaron leyéndole lo que dice Apocalipsis 21:3, 4. La mujer quería saber más sobre la promesa de la Biblia de que Dios acabará con la muerte y el sufrimiento, así que les preguntó dónde y cuándo se celebraban nuestras reuniones. Además, la señora comenzó a estudiar la Biblia.

Una hermana que se llama Zukiswa le habló a una mujer que tiene una artritis muy grave. Por culpa de su enfermedad, se le hace muy difícil preparar la comida para sus hijos. Ese día estaba muy preocupada. Como no tenía fuerzas para amasar el pan, no sabía qué les iba a dar de comer. Amablemente, Zukiswa se ofreció a hacer la masa mientras la hermana que iba con ella le hablaba de la Biblia a la señora. La mujer quedó tan impresionada por la ayuda cariñosa que le dieron las hermanas que se lo contó a muchos de sus amigos. Poco después, empezó a estudiar la Biblia con los Testigos.

Mientras predicaban de casa en casa en la ciudad de Gqeberha, dos hermanos se encontraron a un señor al que le habían amputado una pierna. El hombre les dijo que siempre se había preguntado por qué Dios permite que Satanás gobierne el mundo si la humanidad le pertenece a Dios (1 Juan 5:19). Nuestros hermanos le respondieron sus preguntas con la Biblia. Más tarde, ese mismo día, después de ver el video ¿Por qué permite Dios el sufrimiento?, el hombre y su esposa aceptaron con mucho gusto un curso bíblico.

Una hermana, que también estaba predicando en Gqeberha, le preguntó a una mujer si le gustaría leer Salmo 37:29. Después de leerlo en su propia Biblia, la señora dijo que no entendía nada. Entonces la hermana le leyó el versículo de la Traducción del Nuevo Mundo en xhosa. La señora se emocionó y dijo: “El xhosa que usa esta Biblia suena muy natural. ¡Entiendo mejor esta Biblia que la mía!”. Ahora, ella también está estudiando la Biblia con los Testigos.

Qué alegría nos da que tantas personas de habla xhosa de toda Sudáfrica estén aceptando el mensaje de esperanza que “el Dios de todo consuelo” nos ofrece en su Palabra, la Biblia (2 Corintios 1:3).