Nuestros hermanos de Venezuela continúan enfrentándose a muchas situaciones difíciles, como la crisis económica y social, y la pandemia del COVID-19. A pesar de todo, encontraron distintas soluciones para celebrar la Conmemoración y además invitar a otras personas.

Por ejemplo, en La Victoria (estado de Apure), cerca de la frontera con Colombia, estallaron conflictos armados durante las dos semanas anteriores a la Conmemoración. Todos los publicadores de la congregación local tuvieron que huir a Colombia. Así que, los Testigos de la congregación de Arauquita —que está en Colombia— ayudaron a los hermanos de Venezuela a celebrar la Conmemoración por videoconferencia.

Una congregación del estado de Falcón se encuentra en una zona donde es difícil conseguir servicio de teléfono o acceso a internet. Por esa razón, la congregación les transmitió el discurso de la Conmemoración a los 70 publicadores con la ayuda de walkie-talkies, o receptores portátiles de radio.

Una hermana dijo: “Es cierto, no podemos vernos ni abrazarnos. Pero sí podemos escuchar las voces de nuestros hermanos, y así nos sentimos como si estuviéramos juntos”.

Los días previos a la Conmemoración, las congregaciones hicieron un esfuerzo especial para invitar a personas que viven en zonas apartadas del país a escuchar el programa. La gente podía escuchar el discurso de la Conmemoración de varias maneras. Los hermanos enviaron más de 3.000 invitaciones, y la campaña fue todo un éxito. Por ejemplo, en el pueblo costero de Araya, más de 100 personas escucharon por teléfono el discurso.

La sucursal de Venezuela se encargó de que el programa de la Conmemoración se transmitiera por 82 estaciones de radio y 9 canales de televisión. Por lo menos 8.000 Testigos y otros invitados celebraron la Conmemoración de esa manera. El programa se transmitió en varias lenguas indígenas, como guahibo, pemón, piaroa, pumé, warao, wayúunaiki y maquiritare.

En Guasipati (estado de Bolívar) una estación de radio dijo que transmitiría el programa de la Conmemoración solo una vez a las seis y media de la tarde. Pero en esa zona la gente se queda sin electricidad con mucha frecuencia. Por eso, tal vez muchos no podrían escuchar el discurso completo. Sin embargo, hubo un problema técnico en la estación de radio y el discurso se escuchó diez veces seguidas durante la noche. Eso permitió que la gente pudiera escuchar el discurso completo a distintas horas y, según los informes, lo escucharon más de 600 personas. Uno de nuestros hermanos dijo: “Jehová no quería que nadie se perdiera este discurso tan especial”.

A pesar de que están “angustiados por diversas pruebas”, nuestros hermanos “sienten muchísima alegría” al ver que Jehová bendice sus esfuerzos por celebrar la Conmemoración y por invitar a otras personas (1 Pedro 1:6, 7).