El buen ejemplo de otros presos
En el 2011, un refugiado de Eritrea llegó a Noruega. Cuando unos testigos de Jehová lo encontraron, les dijo que había conocido a los Testigos en su país. Les contó que, mientras estuvo en el ejército, vio que los encarcelaban por sus creencias. A pesar de los maltratos que sufrían, ellos se negaban a unirse al ejército.
Por circunstancias inesperadas, aquel hombre acabó en la cárcel. Allí conoció a Paulos Eyasu, Negede Teklemariam e Isaac Mogos, tres testigos de Jehová encarcelados por su fe desde 1994.
Mientras estaba en la cárcel, el hombre vio con sus propios ojos que los Testigos practicaban lo que enseñaban y que eran sinceros. Le llamó la atención que hasta compartían su comida con otros prisioneros. Además, estudiaban la Biblia todos los días e invitaban a otros a estudiar con ellos. Los Testigos podían salir de prisión con solo firmar un documento en el que renunciaban a sus creencias, pero se negaron a hacerlo.
Él quedó muy impresionado con todo lo que vivió. Por eso, cuando llegó a Noruega, quiso averiguar por qué los testigos de Jehová tienen una fe tan fuerte. En cuanto los Testigos lo encontraron, comenzó a estudiar la Biblia con ellos y a asistir a sus reuniones.
Llegó a ser Testigo en septiembre de 2018. Ahora aprovecha cualquier oportunidad para hablar con personas de Eritrea y Sudán. Les ofrece clases de la Biblia para que ellas también puedan tener una fe fuerte en Dios.