EN LA localidad siciliana de Saponara (Italia), los testigos de Jehová recibieron una placa en reconocimiento de sus labores de rescate tras una inundación que devastó aquella región.

El 22 de noviembre de 2011 una devastadora inundación barrió algunas de las ciudades y pueblos de la provincia de Mesina. En aquella noche, un desprendimiento de tierras segó la vida de un niño y dos adultos en Saponara.

En los días subsiguientes, los testigos de Jehová organizaron y equiparon a grupos de voluntarios para quitar el lodo y los escombros de las zonas más afectadas.

Tales grupos colaboraron con las autoridades, se ofrecieron para ayudar en donde hiciera más falta y continuaron trabajando aun después de terminar la fase inicial de emergencia. La cantidad de Testigos que acudieron a brindar su apoyo —algunos de los cuales viajaron más de 97 kilómetros (60 millas)— oscilaba entre cincuenta y ochenta, dependiendo del día.

Varios habitantes de la región devastada por el desastre agradecieron mucho la ayuda de los Testigos. Una y otra vez, el alcalde repetía: “Ustedes son un verdadero ejemplo”.

Cinco meses más tarde, el concejal Fabio Vinci —en nombre de la administración municipal— otorgó una placa de reconocimiento a la congregación local de los testigos de Jehová.