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Nuestra obra de traducción en México y Centroamérica

Nuestra obra de traducción en México y Centroamérica

En México y cinco países de Centroamérica, alrededor de 290 personas colaboran en traducir las publicaciones bíblicas de los testigos de Jehová a más de 60 idiomas. ¿Por qué es necesaria esta labor? Porque cuando las personas leen estas publicaciones en su lengua materna, las entienden con facilidad y su mensaje les llega al corazón (1 Corintios 14:9).

Con el propósito de mejorar la calidad de la traducción, algunos traductores que trabajaban en las oficinas de los testigos de Jehová en la ciudad de México se han mudado a las localidades en las que se habla su idioma. Ahora, los traductores están más en contacto con los hablantes del idioma al que traducen, lo cual les permite producir publicaciones que sean más fáciles de entender.

¿Qué opinan los traductores sobre este cambio? Federico, traductor al náhuatl de Guerrero, comentó: “Durante los casi diez años que estuve en la ciudad de México, solo encontré una familia que hablaba mi idioma. Pero en los pueblos cerca de la nueva oficina de traducción, casi todo el mundo lo habla”.

Karin, traductora al bajo alemán que se mudó al estado mexicano de Chihuahua, dice: “Vivir entre los menonitas me ha ayudado a mantenerme al día con el idioma. Vivimos y trabajamos en un pueblo pequeño y cuando miramos por las ventanas, vemos a las personas que se beneficiarán de nuestro trabajo”.

Neyfi, traductora al maya que ahora vive en Mérida (México), comenta: “Cuando damos clases bíblicas en maya, vemos claramente qué expresiones no se entienden. Entonces, podemos buscar maneras de mejorar la traducción de estas expresiones”.

¿Cómo se benefician los lectores de las publicaciones en estos idiomas? Pongamos un ejemplo. Durante unos cuarenta años, Elena, cuya lengua materna es el tlapaneco, asistió semana tras semana a las reuniones de los testigos de Jehová en español. Pero realmente no entendía lo que se enseñaba. Ella dice: “Iba a las reuniones porque sentía que tenía que estar allí”. Pero cuando empezó a estudiar la Biblia con la ayuda de varios folletos en tlapaneco, su amor por Dios creció tanto que llegó a dedicar su vida a él y se bautizó en el 2013. Elena comenta: “Le agradezco a Jehová que me haya permitido entender la verdad”.