En agosto de 2014, los testigos de Jehová de todo el mundo distribuyeron un tratado para dar a conocer el sitio jw.org. Como resultado, durante ese mes el sitio recibió casi 65 millones de visitas, un 20% más de lo normal. Unas 10.000 personas en todo el mundo pidieron clases de la Biblia a través de la página de Internet, un 67% más que el mes anterior. Esta campaña ha ayudado a todo tipo de personas.

Una testigo de Jehová de Canadá saludó a una mujer llamada Madeline mientras estaban en un ascensor y le enseñó el tratado de la campaña, que se titula ¿Dónde hallar respuestas a las grandes cuestiones de la vida? Madeline dijo que la noche anterior había estado en su balcón rogándole a Dios que le ayudara a hallar las respuestas a estas preguntas. Había solicitado por teléfono a distintas iglesias un curso bíblico, pero nadie se había puesto en contacto con ella. Enseguida comenzó a estudiar la Biblia con los Testigos.

En Filipinas, Rowena habló con un hombre chino frente a un restaurante, le ofreció el tratado y le explicó que los testigos de Jehová dan cursos bíblicos gratuitos.

El hombre mencionó que nunca había visto una Biblia. La conversación lo animó a asistir a una asamblea de los Testigos. También dijo que quería aprender más acerca de las enseñanzas de la Biblia y que la descargaría de nuestro sitio de Internet.

Guillermo, un testigo de Jehová sordo, se encontró con Jorge, un excompañero de colegio que también es sordo. Jorge le contó que su madre había muerto hacía poco y que tenía muchas dudas y preguntas. Entonces Guillermo le dio el tratado y le explicó que en jw.org encontraría información en lenguaje de señas que respondería a muchas de sus preguntas. También lo invitó a ir a una reunión en el Salón del Reino. Jorge fue, y desde ese día no se pierde las reuniones, a pesar de que vive a 60 kilómetros (37 millas) del salón.

Dos matrimonios de testigos de Jehová estuvieron dispuestos a hacer el costoso viaje de seis horas en un pequeño barco hasta llegar a un poblado de 280 habitantes en Groenlandia. Allí predicaron a las personas, les ofrecieron el tratado y les mostraron un video de jw.org en groenlandés. Comenzaron un curso bíblico con un matrimonio, el cual ahora estudia por teléfono dos veces a la semana.

Ahora bien, estos esfuerzos no se hicieron solo en esas latitudes. Los Testigos de Nicaragua también se organizaron para distribuir el tratado en las selvas de la zona del Caribe a las personas que hablan mayangna. Después de haber viajado durante 20 horas sin descanso en un autobús destartalado por una carretera llena de baches, caminaron 11 horas —a veces por caminos con mucho lodo— para llegar a los poblados. Por toda la región, distribuyeron tratados y mostraron videos en mayangna, algo que sorprendió y encantó a los habitantes del lugar.

En Brasil, Estela le ofreció el tratado a un señor que pasaba por un pequeño pueblo de la selva amazónica. El hombre lo aceptó, pero no mostró mucho interés y lo guardó en el bolsillo. De camino a casa, el bote de este señor se averió y se quedó encallado en el río. Mientras esperaba ayuda, leyó el tratado. Utilizando su teléfono entró en jw.org, leyó varios artículos y descargó algunos videos. Unos días después, pudo conocer al esposo de Estela y le pidió que le diera las gracias por el tratado. “Los artículos que leí me ayudaron a tranquilizarme mientras esperaba en el río —comentó—. A mis hijos les encantan los videos de Caleb. No dejaré de visitar jw.org.”