Con la ayuda de una grúa, se colocan las paredes exteriores prefabricadas.

Unos trabajadores instalan una lámina de polímero reforzado con fibra (PRF) en un hueco que se hizo en el piso de paneles de hormigón. Se usaron unos 7.600 metros (25.000 pies) de fibra de carbono para mejorar la resistencia del edificio a los terremotos.

Se repara la fachada de ladrillos.

Se instala la estructura de acero para la nueva sala de máquinas.

Un trabajador pone una nueva tela para impermeabilizar el tejado.

Unos trabajadores revisan si hay burbujas de aire bajo las láminas de polímero reforzado con fibra (PRF). Si se encuentra alguna, se instalan más láminas.

En el techo también se instala un nuevo extractor.

Se inyecta sellador de grietas en los bloques de concreto (hormigón). El trabajo para reforzar la resistencia del edificio a los terremotos duró alrededor de un año y medio.

Un trabajador prepara el lugar donde se instalará la nueva estación de bombeo de aguas residuales.

Se desmantela el elevador de grano, que se usó desde los años sesenta hasta el 2008. Este se dejó de usar porque en la granja ya no había pollos, vacas lecheras ni cerdos.

Se quitan las butacas para hacer una renovación completa del auditorio.

En estos depósitos se guardaba el alimento para los animales.

Se prepara el edificio donde estará el Departamento de Capacitación Técnica.

Un soldador refuerza una columna estructural.

Se instala la alfombra (moqueta) en la sección que sirvió como comedor para los trabajadores de construcción.

Unos trabajadores terminan de poner las paredes de yeso en la sala circular de la primera planta.

Se ponen varillas de acero de refuerzo para el hueco del nuevo ascensor.

Con la ampliación, el comedor tiene una capacidad máxima para 1.980 personas.

Se realizan excavaciones para ampliar la base de una de las columnas. Este trabajo hará el edificio más resistente a los terremotos.